Habrá quien piense que las penas con pan son menos penas. Y muy probablemente tenga razón. Algo que bien se puede aplicar uno de los rostros más controvertidos y que más líneas y minutos de televisión están firmando en los últimos tiempos como es María Lapiedra, quien vuelve a ser la gran protagonista del papel cuché, una semana más.

Lo es no precisamente porque hayamos conocido más detalles de su trío sentimental con el paparazzi Gustavo González o porque su chico Mark Hamilton haya decidido dar un giro a su postura en todo este asunto repentino del que nos acabemos de enterar.

Ni mucho menos. Lo es a raíz de una de las confesiones que promete volver a sentarla en el Sábado Deluxe en menos que canta un gallo.

Hablamos de la revelación que se producía en la revista Lecturas y que le ha costado dios y ayuda por realizar en público. Y es que hasta ahora tan solo la conocían sus parejas y sus seres queridos más allegados. Hablamos del trauma que María Lapiedra asegura seguir sufriendo todos los días de su vida y que guarda relación con el abandono que esta habría sufrido cuando era una niña.

Según sus propias palabras, su progenitora, un día, sin que nadie pudiera prever que así fuera a suceder, de repente "se fue y me abandonó”. Algo que esta considera puede estar detrás de algunos de los comportamientos que esta ha realizado en su vida, dado que la marca de aquel abandono difícilmente cree podrá llegar a curarse al cien por cien nunca.

Es por eso que esta asegure estar poniendo tantísimo empeño en que sus dos hijas, Martina y Carlota, que presentaba en la citada publicación al gran público a pesar de ser todavía muy pequeñas, gocen de todo el cariño y la comprensión que necesitan los menores durante toda su etapa de crecimiento y, sobre todo, en la que todavía les queda lejos como es la pubertad y la adolescencia.

El trauma del que María Lapiedra no se despega

A pesar de la dureza de las palabras que esta realizaba recientemente no han faltado críticos que la acusen de utilizar, de nuevo algo de lo más sensible como es el abandono de un padre, para seguir haciendo caja en lo que estos consideran es la confirmación de que la colaboradora de Cazamariposas no tendría escrúpulo alguno estando dispuesta a todo para seguir en el candelero haciendo caja.

Sea como fuere, lo cierto es que parece que ahora sea mucho más fácil entender algunos de los pasajes de su vida. Todos tenemos derecho a una segunda oportunidad. Veremos si esta la aprovecha.