El 15 de Diciembre de 2014 se celebró el funeral por el eterno descanso de Doña Cayetana Fitz-James Stuart duquesa de Alba, en la Real Basílica de San Francisco el Grande de Madrid, al que asistió una gran multitud y por supuesto los entonces reyes Don Juan Carlos y Doña Sofía, ambos amigos de la duquesa, sobre todo el rey.

Ya entonces el diario sueco Svensk Dam, aseguraba tras ver charlando animadamente a Doña Sofía con el inconsolable viudo Alfonso Díez, que ambos podrían consolarse mutuamente; uno del dolor de la pérdida y la otra de las continuas veleidades amorosas de su marido el rey, que había tenido que soportar por el bien de la institución monárquica que debía heredar su hijo Felipe.

La especulación cayó en el olvido, hasta ahora.

Pilar Eyre destapa la “tierna amistad”

La escritora que más males de cabeza ha proporcionado a la familia real junto con Pilar Urbano (biógrafa de la reina) se hace eco ahora de una información publicada en Italia, concretamente en la revista Vanity Fair, que viene a decir (en italiano, claro) que la amistad de la reina emérita con Alfonso Díez ha seguido en el tiempo y se consolida.

Cuenta Pilar en su blog de la revista Lecturas, que hace como un año y medio le contaron la existencia de esta tierna amistad que se fraguó en el mencionado funeral. Al parecer Alfonso Díez le habría enviado a Doña Sofía una carta dándole las gracias por su apoyo y esta le habría respondido y de ahí…..

Es normal que dos personas cultas y con muchos intereses comunes: música, libros, cine… hayan conectado y tengan buena sintonía. Son dos almas solitarias que pueden beneficiarse de una mutua comprensión y forma de ver la vida. Si esta amistad ha dado o dará paso a algo más profundo, no es más que una especulación, por ahora.

La sufridora en casa

Eso ha sido Doña Sofía durante sus 55 años de matrimonio. La sufridora en casa, mientras Don Juan Carlos campechaneaba a diestro y siniestro, amparado por una prensa que unida por un acuerdo tácito, evitaba airear lo que toda la profesión sabía. Aunque siempre hubo pequeñas filtraciones, pero los periodistas atrevidos eran llamados a capítulo por sus redactores jefe y todo quedaba en el olvido.

Tal pasó a finales de Agosto de 1992. Barcelona era aclamada mundialmente por sus juegos olímpicos y Sevilla disfrutaba de la Expo. La revista Época sacaba este titular: La dama del rumor: Atribuyen al Rey una relación sentimental con Marta Gayá.

La dama en cuestión era la decoradora de la jet set mallorquina de la que ahora hemos sabido en boca del mismo rey, gracias a unas grabaciones, que era su “girl” y le hacía inmensamente feliz. Sabino Fernández Campos, llamó al director de la publicación para contarle que la reina estaba rota de dolor, llorando desconsolada por los rincones y que eso había que pararlo. Y vaya si se paró.

Lo mismo sucedió el 23 de Enero de 2017 cuando Pilar urbano contaba que un diamante de dos millones, sirvió de prenda entre el rey y su por entonces “amiga entrañable” Bárbara Rey.

Doña Sofía hacia entrega de los Premios Nacionales del Deporte con semblante profundamente abatido. Y alguien de su círculo íntimo aseguraba que le había dicho: “Lo estoy pasando muy mal”.

Pero son otros tiempos y ya nadie evita contar lo que sucede. El “acuerdo” no escrito entre la prensa y la monarquía se rompió cuando la famosa cacería de Botsuana en Abril de 2012, inmortalizada por aquella foto en la que Don Juan Carlos se exhibía junto a un elefante muerto al que tuvieron la desfachatez de colocar apoyado en un árbol como si estuviese vivo y en la que el rey emérito tuvo la mala suerte de romperse la cadera, lo que hizo que se supiese que se encontraba acompañado por su nueva “amiga entrañable” Corinna zu Sayn-Wittgenstein.

A partir de ese momento, los ríos de tinta hasta entonces contenidos se desbordaron y todo el mundo ha podido conocer tanto por escrito como en diferentes programas de televisión las veleidades pasadas y actuales del monarca hispano y lo mucho que su sufrida esposa ha tenido que aguantar durante su largo matrimonio.