Juguemos a un juego. Preguntemos a los fans de Sálvame que nos digan una cualidad o algo con lo que recordar o calificar a cada uno de los colaboradores del programa de corazón decano de la televisión española.

Seguro que en según qué personajes aunque hay un calificativo que se repite, no se coincide en tantas ocasiones como sucede con una de las periodistas especializadas en la crónica social más veteranas del panorama patrio como es Lydia Lozano, a quien se la conoce como "la llorona", tanto delante como detrás de las cámaras.

Y es que, si hay una periodista del mundo del corazón que es especialmente sentimental y que vive cada una de las historias que le toca de alguna manera hasta el fondo, esa es la rubia.

No obstante, últimamente, parece que otra rubia, con algún año menos, se ha puesto la nueva corona de llorera para arrebatarle su "hueco" en el programa vespertino de Telecinco.

Hablamos de la nueva estrella del firmamento del corazón, María Lapiedra, quien desde hace unas semanas está copando casi toda la actualidad de la prensa rosa tras su supuesta infidelidad con el también colaborador de este espacio Gustavo González y de quien no se deja de contar algo nuevo.

Una situación que la ha llevado a varios platós a contar su verdad -poniendo el talonario delante, claro está- y demostrando que si hay alguien más sensible a cualquier comentario, situación o información de terceros es ella. Incluso más si cabe que una Lydia Lozano que ha visto como "la chica nueva" le ha adelantado por la derecha en número de pañuelos desechables usados durante un mismo programa.

Tanto es así que algunos de nuestros colegas especializados en la narración de información sobre famosos han lanzado ya la pregunta a los seguidores del programa de si María Lapiedra ha conseguido ya apoderarse de la principal característica que definía a Lydia Lozano como tertuliana en Sálvame.

Lydia Lozano teme por su puesto

No obstante, si hay algo que teme la veterana comunicadora es que, después de que se haya hablado de una posible salida suya del espacio que le lleva dando de comer más de una década, es que la que fuera actriz de cine para adultos consiga niveles de fama que puedan llegar a moverle la silla.

Y es que viendo cómo está la audiencia consumiendo el culebrón Lapidra, y teniendo en cuenta lo que se parece su perfil al de Lozano, no es de extrañar que a Lydia le haya entrado ya el miedo en el cuerpo. Veremos qué piensan en Telecinco.