Entre lágrimas y peloteo máximo de sus compañeros. El paparazzo y colaborador de “Sálvame” Gustavo González, confesaba su separación de la que ha sido su mujer durante treinta años y madre de sus cuatro hijos, uno de los cuales todavía es menor de edad.
Nos lo venden como si fuese algo que acaba de pasar, a pocos días de celebrar la Navidad, cuando en realidad la separación tuvo lugar el pasado mes de agosto durante las vacaciones veraniegas. Empieza el baile de mentiras.
Gustavo además de contar que seguía queriendo a su mujer aunque no la amaba (detalle que podía haberse ahorrado si de verdad la quiere tanto como dice) daba el campanazo declarando que la leridana María Pascual, más conocida como María Lapiedra: filológa y actriz de cine para adultos, reconvertida en tertuliana del programa nocturno “Cazamariposas”, había sido su amante durante ocho años.
Humillaron a María para proteger a Gustavo
Lo curioso es que Gustavo y su mujer protagonizaron lo que ahora queda claro era un paripé, ‘recasándose’ el año pasado, momento que aprovecho María, a la sazón casada con un arquitecto y madre de dos niñas, para reivindicar su pasada historia de amor (no tan pasada a tenor de lo que ahora se va sabiendo) con el paparazzo, en un “Deluxe” de hace exactamente un año.
Los colaboradores habituales no solo afirmaron no creerla, sino que además se dedicaron a humillarla, mientras Gustavo daba la callada por respuesta. Mila Ximénez, María Patiño, Gema López, Chelo García Cortés y hasta el mismísimo presentador Jorge Javier Vázquez, actuaron como una auténtica jauría.
Se burlaron cruelmente de ella, ridiculizándola y menospreciándola, hasta el punto de generar el rechazo en las redes sociales por su comportamiento más que cuestionable.
Todos sabían que lo que contaba era verdad y que María y Gustavo habían viajado juntos, pasado días de vacaciones y que ella hasta conocía a los hijos del colaborador de “Sálvame”.
Habían visto fotos de ambos cogidos de la mano y besándose en público y aún así trataron de lapidarla mediáticamente.
María y Gustavo a “Supervivientes” 2018
Poco a poco se va conociendo que en realidad nunca han dejado de verse o hablarse. María siempre ha confesado que el paparazzo es el amor de su vida y lógicamente que él haya reconocido su relación la hace sentirse bien, aunque ahora su matrimonio se tambalea, lógicamente: “Mi marido me ha dicho que cuando se le pase el cabreo hablaremos.
Yo también necesito tiempo para pensar las cosas”.
Claro que por otra parte y ante las incisivas preguntas de la periodista Laura Lago, Gustavo no tuvo más remedio que reconocer su más que posible participación en la próxima edición de “Supervivientes” (por motivos económicos) junto a María, que recordemos es la primera concursante confirmada tras su participación como invitada este año.
De momento el marido arquitecto de María ya ha dado sus primeras declaraciones a pie de calle (es decir sin cobrar un duro) diciendo que el único Gustavo que conoce es la rana de los teleñecos.
Una ironía que el paparazzo Gustavo González desmontó cuando explicó que hablaron una vez por teléfono y que fue Mark, el marido despechado, quien le llamó para pedirle que no destrozase su matrimonio con María por el bien de sus hijas.
Esto no deja de ser un triángulo amoroso más, lo malo es que nos lo van a radiar a todas horas y que nos han vendido una sarta de mentiras.
Gustavo, que engañó a su mujer de dos décadas de matrimonio durante 7 años, es una víctima inocente para los de #sálvame. María LaPiedra, en cambio, es el demonio. Se puede ser más hipócrita (o machista) pero es complicado @salvameoficial #gusolina
— antuan austen (@antonioheras79) 15 de desembre de 2017
#Gusolina Para cuando hacen santo a Gustavo? Aquí todos son culpables menos ėl,que poca verguenza teneis,de verdad,cuantas varas de medir teneis,con lo que hablais de los demàs.....
— Maribel Martínez (@MaribelMartnez1) 15 de desembre de 2017
#gusolina Pedir perdón a María Lapiedra que al Delux que fue la llamaron de todo, sabiendo que era verdad.
— Toñi (@lilibonita122) 15 de desembre de 2017
De momento la filóloga empieza a rentabilizarlo esta misma noche haciéndose un “Poli Deluxe”, de esos que fabrica la inefable Conchita, alias “la churrera” (parece que esa era su profesión anterior) a conveniencia de quien le paga, en este caso Telecinco.
Pero lo realmente inaudito y que merece unos momentos de reflexión es el hecho de que los colaboradores de “Sálvame” pierden por enésima vez su credibilidad. Si mienten sin pudor para proteger a un compañero es lógico pensar que también mienten en cualquier otra circunstancia.
“Sálvame” es espectáculo, telerrealidad, show extremo, pero si los colaboradores resultan ser mentirosos contumaces, todo lo que hagan o digan quedará siempre en entredicho y la audiencia está cansada de mentiras y manipulaciones.
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