Quien no tenga o haya tenido alguna vez a lo largo de su vida algún complejo que tire la primera piedra. O mejor dicho, que espere a tenerlo. Y es que por muy seguro que se muestre el ser humano todavía está por aterrizar en este planeta el primer ser humano que no se vea algún defecto, por mínimo que este sea, que quisiera cambiar si esto se pudiera hacer de manera automática, indolora y sin coste alguno para su bolsillo.
Lidia y sus complejos
Algo a lo que tampoco escapan muchos de los famosos patrios que, gracias a su enorme poder adquisitivo, antes o después, y estén mejor o peor físicamente a nuestros ojos, acaban cediendo a la tentación de limar asperezas físicas y dejarse tal y como se habían imaginado desde que ese defectito se hiciera presente en su día a día.
Si hablamos de Sálvame solo hace falta ver el historia de operaciones de estética de presentadores y colaboradores, sumando entre ambos docenas y docenas de intervenciones encaminadas a modificar su físico. La cara de Mila Ximénez, nueva por completo durante este 2017, es un buen ejemplo de ello. También que Jorge Javier Vázquez haya confesado en varias entrevistas que ha perdido la cuenta de todas las que lleva encima. Del resto, tres cuartos de lo mismo.
Aunque no lo parezca, una de las que menos retoques lleva marcados en su biografía es Lydia Lozano, una de las colaboradoras más veteranas y que en las últimas horas, al salir el tema de los complejos a la luz en el programa de corazón decano de la televisión española decidía revelar cuál era su mayor complejo.
Para sorpresa de los presentes en el plató y de los tele espectadores en casa esta reveló que el defecto físico que ahora mismo le impedía dormir como quisiera tiene que ver ¡con las cejas! dado que las tiene muy poco pobladas y, por mucho que trate de ocultarlo a golpe de maquillaje de última generación y de pedir a las maquilladoras del programa que hagan malabares en busca de unas cejas estupendas, no hay manera de conseguirlo.
El próximo tatuaje de Lydia Lozano
Tanto es así que esta aseguraba en el último programa semanal de Sálvame que estaba decidida a pasar por chapa y pintura y optar por una de las soluciones más recurrentes en estos casos como es la de tatuarse la forma de las cejas que le gustaría tener y que no es capaz de poblar por sí misma.
Una elección que sorprendía y mucho a Gema Cuervo, quien le advertía de que el tatuaje con el tiempo se acaba borrando y que la mejor opción para conseguir el efecto que ella quiere pasa por meterse en un quirófano y hacerse micro injertos.