No os voy a mentir, cuando se empezó a hablar del regreso de Operación Triunfo a Televisión Española no pude pensar en el estrepitoso fracaso que iba a suponer. Como buena nostálgica, mientras repasaba mi colección íntegra de los CDs que atesoré en aquel 2001, supuse que nunca jamás habría una Rosa, un Naím Thomas o una Gisela que robasen el corazón, y la atención, de aquella España que iniciaba milenio. Pero me equivoqué, vaya que si me equivoqué, para mi pesar y el de Carlos Lozano.

El reality no ha tardado en despertar la curiosidad de la generación milenial, y allí que estamos todas las nacidas después del ochenta y dos, con pipas en mano, viendo el 24 horas de la Academia para ver si hay beso entre Amaia y Alfred.

Que ¡spoiler alert! ya os digo que lo ha habido. Empezad a usar el hashtag Almaia porque señoras y señores ¡Almaia (por fin) es real!

Pero mientras voy contando mentalmente los granos de arroz basmati que voy a tirar en la boda de estas dos, un fundido a negro asola la pantalla del televisor y las redes no tardan en discurrir que en la televisión pública ha habido censura.

¿Se puede criticar abiertamente al PP en televisión española sin que se use una cortinilla de estrellas a lo Ned?

Explico la situación. Los Javis, una pareja de muchachos que tienen ahora un hype que pa que, ejercen como profesores de interpretación en la venerada Academia. Esta semana, el tema grupal que abrirá la gala del lunes 27 es La Revolución Sexual, canción que popularizó La Casa Azul y que todas alguna vez hemos bailado a solas en el salón de casa por su ritmo contagioso y su letra liberadora.

Y estaban los dos profesores hablando justo de eso “de la felicidad a abrirte a cosas nuevas, a la celebración” y defendiendo la normalidad del colectivo LGTBIQ+ cuando la conversación no pudo más que derivar hacia el matrimonio homosexual. Ambrossi les recomendó a sus pupilos el discurso que Carmen Montón le dirigió a la bancada del PP donde les instaba a no cerrarse a “algo maravilloso que va a cambiar el mundo” (como así fue, si no habría que ver los centollos que se comió Rajoy en la boda de Maroto) pero, como ya sabemos, el Partido Popular mantuvo su negativa y votó no a la ley de matrimonio homosexual pasando a la historia, según Ambrossi, como “gente antigua”.

Y fue, más o menos, después de esa frase cuando el directo tuvo problemas técnicos.

¿Fue todo una casualidad de Operación Triunfo?

Noemí Galera encendió rauda su ordenador y corrió a twittear que “No hay censura, ha sido pura casualidad”.

Asimismo, los Javis desmintieron enseguida la conspiración que veían las televidentes izquierdosas en las dificultades técnicas de la emisión.

Y ¿la verdad? supongo que nunca llegaremos a saberla pero si ha sido el azar, hay que reconocer que la vida tiene mucha retranca gallega.