No es ningún secreto a voces. En la televisión solo consiguen permanecer con el paso de los años aquellos proyectos que son capaces de mantener, cuando no aumentar, sus datos de audiencia y congregar al otro lado de la pantalla a un porcentaje tan notorio que evite que los nuevos proyectos que aguardan a ser estrenados en un cajón hagan acto de presencia.

Eso es lo que ha sucedido con uno de los grandes buques insignia de Telecinco, Sálvame, quien tras ocho años de emisión casi diaria -de lunes a viernes más el Deluxe de los sábados- parece haber empezado a mostrar síntomas de agotamiento que les han llevado a renovar secciones, incorporar nuevos personajes, deshacerse de colaboradores y a echar mano con más necesidad que nunca a su rostro más conocido: Jorge Javier Vázquez.

Sin embargo, los cambios que parecían abocados a producirse inevitablemente al final de la pasada temporada, antes del verano, parecen no acabar de llegar del todo impidiendo que se acabe de cerrar esa sangría de cuota de pantalla que parece haber empezado a preocupar, y mucho, a las altas instancias de Mediaset España.

Y es que, en los últimos tiempos, y muy especialmente desde que la crisis catalana saltara a escena, el programa vespertino que venía siendo líder en el último lustro ha visto como los especiales le han adelantado por la derecha haciendo saltar las alarmas a la zona noble de la cadena de Fuencarral. Sin audiencia, no hay publicidad y sin 'publi' no hay programa en antena.

A esto hay que sumarle la pérdida de popularidad de una Belén Esteban que sigue acusando lo que muchos consideran inquina contra Toño Sanchís y, sobre todo, después de lo que muchos calificaron como una "traición" injustificable a una enferma en todo lo relativo a sus comunicaciones con María José Campanario.

Qué decir del bajón sufrido por un Jorge Javier que viene firmando los peores meses de emisión de Gran Hermano que le han hecho, de igual modo, pasar de ser uno de los intocables de la cadena, a empezar a plantearse seriamente si debe o no seguir presentando el reality show decano de la televisión en España en busca de un giro radical que no acabe con su salida de la parrilla.

Líos dentro y fuera del plató

Por si esto no fuera suficiente, los líos entre los presentadores a raíz del nuevo reparto de conducciones de Sálvame, los jaleos con la productora que han generado malestar detrás de las pantallas y los que se ven delante que ya han provocado la salida de Kiko Matamoros están haciendo mucho daño al programa.

Todo este cóctel ha llevado a varios mentideros a poner en tela de juicio que, si de aquí a verano, no remonta claramente su audiencia y recupera su hegemonía en las tardes, pueda no volver en septiembre, al menos tal y como lo conocemos. Habrá que esperar hasta entonces.