En las últimas horas el programa de corazón decano de la televisión española, Sálvame, ha cruzado todas las líneas de la ética profesional en busca de la audiencia, lo que parece haberse convertido en una máxima en una cadena venida a menos y cuya ventaja al frente del ránking de cuotas de pantalla parece más en entredicho que nunca, a tenor de los últimos resultados de sus programas estrella.

Uno de ellos, el que presenta Jorge Javier Vázquez cada tarde en Telecinco, no ha tenido ni el más mínimo reparo en dedicar casi la totalidad de su última emisión al posible despido de dos de sus colaboradoras.

Algo que, de estar fraguándose en los despachos de la cadena de Fuencarral, debería estar en conocimiento, como mínimo, de la dirección de este espacio. De quien se intuye tendrá algo que decir al respecto.

Todo comenzaba a raíz de una información publicada por nuestros compañeros de Bluper, donde se hablaba que una filtración procedente de la dirección y la producción del programa más rosa de la parrilla televisiva patria estaría pensando muy seriamente en prescindir de dos de sus colaboradoras más veteranas en busca de un cambio radical en el formato que les pueda hacer repuntar el "share" perdido de un tiempo a esta parte.

Sin dar más datos sobre la fuente, lo que sí apuntaba esta información es que, dado que Sálvame exige a sus colaboradores -que son a su vez protagonistas de muchas de las historias que allí se vierten- estar al 101% cada vez que se colocan delante de la pantalla, la bajada de rendimiento prolongada en el tiempo como la que le atribuyen a estas Lydia Lozano y Terelu Campos sería inadmisible.

Lydia Lozano y Terelu Campos, humilladas

Lejos de dejarlo ahí, esta misma información habla de que el cambio de actitud que las altas esferas de Mediaset España están esperando de ellas pasa por empezar a aportar información, exclusivas, testimonios y, en definitiva, contenido de interés para la audiencia. Algo que, al parecer, -al menos para ellos- no estarían realizando desde hace algún tiempo habiéndose acomodado en una silla a la que aspiran demasiados candidatos.

Sea cierta esta información o sea una filtración interesada para que se hable del programa, lo que sí está claro es que la dirección del mismo tuvo la oportunidad de obviarla en antena durante su último episodio para evitar un escarnio público de estas dos como el que finalmente tuvieron que sufrir. Ambas, dicen, se sienten dolidas y humilladas.