Se acabó guardar el perfil bajo, alejado de los medios de comunicación y la actitud impasible ante todo tipo de comentarios, críticas y barbaridades que se digan en contra de su novia y futura esposa y madre de su hijo, si no cambia nada de ahora en adelante.

Miguel, el novio de Belén Esteban, que desde el primer día que empezó a salir con la Princesa del pueblo ha tratado de alejarse al máximo de todo lo que tuviese que ver con la fama y el interés de los medios de comunicación se ha cansado de guardar silencio y ha dicho basta. Eso sí, a su manera.

Algo inesperado para los profesionales que cubren la crónica social patria y que tiene su punto de origen en los comentarios de Alessandro Lequio al "Belenazo" de Belén Esteban en el Sábado Deluxe que el italiano calificaba de "inmoralidad" y de "estafa" y que provocaba que este saltase al ser preguntado por estas palabras en el entorno de su casa.

Asaltado por los periodistas que hace tiempo están buscando sus primeras palabras que demuestren que siente y padece lo que le sucede a su pareja los compañeros desplazados al entorno del hogar que comparte con la de San Blas el conductor de ambulancias resopló sonoramente y empezó a agitar la cabeza como signo de desaprobación y en una actitud claramente nerviosa que nunca antes se le había visto al ser preguntado por la prensa, a pesar de que otras cuestiones parecían aparentemente más crudas.

Sin duda todo un primer paso para que los compañeros desplazados a cubrir la información que versa sobre la colaboradora estrella de Telecinco sigan pinchando en ese hueso impasible que parece responder al nombre de Miguel y que, en privado, según cuentan, sí que parece poner a caer de un burro a todos los que critican tanto a su futura mujer como a la hija de esta.

La inesperada reacción de Miguel

Como era de esperar, ante esas primeras imágenes de Miguel perdiendo la calma y la tranquilidad ante unas cámaras los comentarios en las redes sociales no se han hecho esperar.

Algunos de los seguidores de la Esteban creen que ya va siendo hora de que este alce la voz y ponga a más de uno en su sitio demostrando que su sangre no es de horchata y que es capaz de alzar la voz cuando la situación lo exige.

Si algo está claro es que haga lo que haga está sentenciado. Si lo hace, habrá quien diga que a buenas horas aludiendo a que llega tarde. Si no lo hace, porque sigue sin plantarse ante quienes critican a su pareja. Está condenado.