Todos sabemos que a Pablo Iglesias e Irene Montero, desde siempre, les han gustado mucho los escraches. Pero los que hacen a los demás no, los que le hacen ellos mismos y esto fue lo que pasó el anterior domingo 22 de julio cuando coincidieron con un grupo de venezolanos comiendo en un restaurante y comenzaron a increparles con la situación de Venezuela, esa que ellos tanto defienden afirmando que "allí la gente se muere de hambre".
Pablo Iglesias cambia su opinión sobre los escraches
Desde ese momento, Pablo Iglesias ha cambiado su concepción acerca de los escraches desde afirmar que eran un jarabe para la democracia hasta ahora aborrecerlos ya que el Partido Popular los alienta.
Este tema ha sido llevado a la tertulia televisiva del lunes en "El programa de Ana Rosa", de Telecinco, y lo cierto es que no se ha dejado títere con cabeza entre los que están a favor y en contra de la situación de Venezuela que tanto desestabiliza en la actualidad.
Javier Gallego, Eduardo Inda, Esther Palomera y Manuel Rico, enfrentados
Eduardo Inda comenzó diciendo que en 3 meses ya habían muerto 100 personas que habían sido asesinadas por la fuerza de Maduro y que todos eran iguales. Pablo Iglesias manda a los guardaespaldas para que quiten a ese tipo de gente mientras a él y Montero decían que era un jarabe para la democracia y que ahora tomaban de su propia medicina, nadie los había insultado ni los había agredido, solo le habían dicho cómo pensaba el pueblo venezolano.
A lo que Manuel Rico le contestaba que la actitud de ese hombre a la entrada del restaurante para increpar a Iglesias e Irene Montero había sido muy maleducada ya que Pablo Iglesias no tenía la culpa de que hubiese hambre en Venezuela y que lo que existe es una crisis muy grave con mucha gente pasándolo mal, aunque es algo en donde Iglesias ni pincha ni corta.
Javier Gallego defendió a los venezolanos
Algo con lo que Javier Gallego también participaba diciendo que no la había insultado ni había visto ningún tipo de violencia y que, según su opinión, daba por hecho que había calificado mucho peor los escraches que provenían de Podemos y que, como es lógico, lo habría denunciado, algo a lo que Manuel Rico se negaba diciendo que él no era el protagonista.
Por otro lado, Esther Palomera le decía a Inda que no había escuchado a ningún dirigente podemita quejarse sobre esta situación, que, sin ninguna duda, el venezolano era una persona maleducada y que los cargos políticos tienen que soportar este tipo de cosas, pero que lo que no le parecía bien era que el Partido Popular promocionase este tipo de incidentes algo que nadie había hecho cuando los escraches y van dirigidos a la derecha. A lo que Inda contestó alto y claro que cuando se lo hicieron a Soraya y a otro dirigente del Partido Popular en su casa, los de Podemos lo vieron muy bien. Algo que subió la temperatura del ambiente cuando Esther Palomera le contestó que ya que él era tan valiente para denunciarlo todo que contara que el de casa de Soraya no salió en los medios de comunicación porque ella lo prohibió y que donde se hacía era en Venezuela, a lo que Inda le contestó muy enfadado que a él no le daba instrucciones ni Dios.