La intención del programa estaba clara desde el momento uno: llevar de nuevo a la madre de Alba Carrillo a Honduras, supuestamente para limar asperezas con Kiko y vivir una semana apasionante en la casita del árbol. Así se lo vendieron y esta mujer que, pese a lo que nos han querido hacer ver, no tiene nada de fría y sí mucho de visceral, dijo que sí.

La audiencia de Supervivientes y el televoto

Y digo “supuestamente” porque en realidad todo apunta a que de lo que se trataba era de volver a enfrentarlos al precio que fuese. Telecinco ha visto con disgusto como la audiencia que utiliza el televoto gratis, lo hace masivamente y salva cada semana a Kiko.

Era Juan Miguel quien debía haber desbancado esta semana al novio de Gloria Camila y, en cambio, ya lo tenemos de regreso a España, algo claramente injusto.

Pero, ¿de quién fue en realidad la provocación? ¿De Lucía o de Kiko? A pesar de darnos trozos editados que parecían dejarlo como víctima de una señora airada y faltona, si uno se fijaba bien en los gestos del mozo, sus sonrisas despectivas e incluso sus comentarios al darse cuenta de que tenía la jugada ganada, lo que veíamos era al mismo machista que no tolera a una mujer con iniciativa a su lado y que, una vez aleccionado por su madre, lleva un mes actuando, sobreactuando más bien, pero todo le vale con tal de llegar a una final que no merece.

Nagore Robles sin freno

A punto estuvo Lucía de abandonar “El Debate” cuando una crecida Nagore Robles dijo: “Alba Carrillo es igual de esquizofrénica que su madre”. La incultura, junto a la mala baba de la ex gran hermana (recordemos que sostiene el récord de ser la concursante con mayor porcentaje de expulsión en la historia del reality y el título oficial de la mala de Gran Hermano) es también de récord Guinness.

Señorita, lea usted un poco y así sabrá que no se puede acusar alegremente a alguien de padecer una enfermedad mental de las más graves y que tanto dolor ocasiona a quien la sufre y a su familia. Suponemos que Sandra Barneda o la dirección del programa la reconvinieron y así, más tarde, pidió disculpas a Lucía que se las aceptó con educación, la misma de la que ella había demostrado carecer minutos antes.

Lucía se explica a pesar de Sandra Barneda y su pinganillo

Es lo que tiene querer hacernos ver lo negro blanco. No entendíamos por qué esta mujer le pedía reiteradamente a Kiko que la acompañase fuera de la casita del árbol. Ellos nos iban soltando trozos de vídeo dónde la veíamos muy enfadada, como insolidaria y muy maleducada. Muchos no entendíamos por qué no se iba ella sola a la playa y por fin ayer, a pesar de los intentos de Sandra Barneda de no dejarla hablar y las instrucciones dictadas por el pinganillo, supimos lo que en realidad pasó.

Resulta que, por lo visto, solo Kiko está autorizado a bajar a la isla solo, la visitante de turno no puede hacerlo si él no la acompaña. A Lucía los mosquitos la habían acribillado.

Podéis ver sus piernas en la foto número dos de este artículo. A todos nos han picado los terribles mosquitos tigre, pero los de Honduras son de mayor tamaño y producen una picadura mucho más dolorosa e incluso peligrosa para la salud. Así que imaginaos qué se debe sentir con cientos de picaduras por todo el cuerpo,

Porque no solo fueron las piernas, también los brazos y el torso, hasta el punto de sentir que tenía fiebre, lo cual es perfectamente posible. Una persona en estas circunstancias y sin nada que mitigue el tremendo picor y ardor que sufre, lo menos que puede estar es alterada.

Kiko Jiménez, un concursante sin empatía

Kiko, que ha demostrado no tener la menor empatía por nadie que no sea él mismo, aprovechó la situación para ver si lograba sacarla de quicio y lo consiguió.

¡Vaya si lo consiguió! Tras implorarle de rodillas que la acompañase para poder meterse en el mar e intentar aplacar la desazón que sentía, él le dijo que se buscase una ocupación y que de la casita no se salía porque no le daba la gana.

Retazos de lo que vino después los hemos podido ver, pero si yo fuese Lucía Pariente exigiría que me diesen la totalidad de los vídeos. Nunca se sabe. Le perdieron las formas, desde luego, pero en esas circunstancias, si en vez de ser una mujer racional como está claro que es llega a ser otra, no tiene Kiko playa para correr a esconderse. Lucía se limitó a llamarle “niñato de mierda” y a llorar en un rincón impotente, mientras él seguía incitándola y sin importarle las cámaras, nos mostraba su verdadera cara cínica y prepotente que en un hombre tan joven es realmente preocupante.

Ante la insistencia, un tanto infantil, de una Sandra Barneda empeñada en ver show al precio que fuese, la madre de Alba Carrillo, aunque con ojos llorosos, se mantuvo firme: “Kiko ha dicho cosas y ha tenido actuaciones peores, no lo habéis echado y ahí sigue”. “Me habrán traicionado las formas pero no retiro nada de lo que dije”. A Gloria Camila en plató se la veía claramente disfrutando.