La liebre saltaba oficialmente y en público el pasado mes de enero. En el programa de Risto Mejide, 'Chester in Love', Belén Esteban revelaba lo que ya sabían en la cadena de Fuencarral y, sobre todo, en su entorno: "A lo mejor la gente se enfada conmigo, pero estoy deseando dejar la tele".

Así de contundente se mostraba la Princesa del Pueblo en relación a su futuro a medio plazo. Las razones, para ella sus colaboraciones en Telecinco se han convertido en un trabajo que, aunque más que bien remunerado, no le proporcionan la felicidad. Al contrario, de un tiempo a esta parte se han convertido en un quebradero de cabeza más de primer orden.

Sin embargo, hay una serie de poderosas razones que le impiden llevar a cabo esa ruptura definitiva con la vida pública, con el permiso de la prensa rosa y los paparazzis, lo que no parece le vaya a resultar nada sencillo, aunque abandone la "caja tonta" en cuestión de meses.

Las deudas con Hacienda de Belén Esteban

Estas son de muy distinta índole. Por un lado, y la más importante, según ha comentado en más de una ocasión, tiene unas importantes deudas con Hacienda que le obligan a seguir percibiendo un importante salario para ir cumpliendo con el calendario de pagos que tiene acordados con el fisco español.

A estos gastos se le unen el hecho de cargar con todos los gastos que se van a derivar de la salida de casa de su hija, Andrea Janeiro, que estudiará la carrera de periodismo fuera de España, con todo lo que eso supone.

Y es que la universidad a la que Andreíta irá no será precisamente una cualquiera. Todo eso, parece ser, deberá salir únicamente de su bolsillo.

Otro motivo por el que quiere dejar la televisión y empezar a vivir la vida con tranquilidad, pero que por otro lado le obliga a seguir ahorrando, es porque la de San Blas está como loca por montar su propio negocio.

Todo hace indicar que se trataría de un pequeño comercio en Madrid.

Belén, loca por dejar definitivamente la televisión

Dejar de exponerse ella misma, a su vida y a su entorno, empezar a vivir una vida tranquila, estar dirigiendo un pequeño negocio y recuperar su vida de barrio son los motivos que la tienen decidida a irse en cuanto pueda de la televisión.

Sus deudas con Hacienda, la educación de su hija y la necesidad de ahorrar para poner en marcha la tienda las que la siguen atando a Sálvame y al circo de la prensa rosa. Veremos si puede, y cuándo, desengancharse de la necesidad de seguir vendiendo cada centímetro de su vida privada.