El Rey Juan Carlos I no está pasando por sus momentos más tranquilos. Son cada vez más los programas del corazón que le han atribuido numerosas provocaciones, la más sonada, con Bárbara Rey.
Sin embargo, parece que esta vez le ha tocado el turno al famoso periodista Federico Jiménez losantos. En su habitual espacio radiofónico de esradio ha tratado los temas de la actualidad del momento, entre los que se encontraba un bestial enfado del monarca con su amigo cubano, el magnate Pepe Fanjul. Los hechos tuvieron lugar en la capital madrileña, donde el amigo del Rey organizaba una velada en un lujoso restaurante.
Sin embargo, los fotógrafos pudieron captar el momento de los amigos en imágenes, algo que no gustó ni un pelo al monarca y consecuentemente, pilló un gran enfado con Pepe Fanjul.
Los hechos han ocurrido durante la estancia vacacional del magnate en la península, donde actualmente se encuentra disfrutando de un descanso junto a su mujer. Lejos de pasar desapercibidos, el restaurante tuvo que cerrar las puertas para todos aquellos no pertenecientes a la exclusiva comunidad de amigos. Según cuenta Jiménez Losantos, justamente al entrar el Rey Juan Carlos, reprimió a Fanjul por la presencia de numerosos fotógrafos y afirmaba que no le gustaba que captasen dichos momentos.
Jiménez Losantos destapa en EsRadio el enfado
No obstante, el magnate quiso dejar claro al monarca que él no era el responsable de la presencia de los fotógrafos y ni siquiera los había llamado, su única tarea era organizar la cena para los amigos. Con todo, parece que estas palabras relajaron a Don Juan Carlos, que en breve accedió a posar con una amiga, Cristina Macaya.
El periodista de EsRadio, Jiménez Losantos, quiso dar su opinión al respecto del enfado público del Rey, de quien afirmaba lo siguiente: "el ataque de ira recordó a otro reciente, cuando le vimos con Sofía subiendo al Obradoiro y le dio un manotazo".
El encuentro más amargo del Rey Juan Carlos I
En definitiva, todo indica que el monarca intenta evitar que la prensa capte sus ratos privados como era éste.
Una cena con amigos que se convirtió, probablamente, en un día amargo tras percatarse de las numerosas cámaras que captaban el momento. Aún así, dichas imágenes no han visto la luz por el momento, por lo que, todo indica, que el enfado del Rey emérito ha surtido el efecto deseado al solicitar forzosamente el respeto de la privacidad. Pese a ello, parece que no es el único integrante de la Casa Real que intenta proteger su intimidad.