Muchos de los fans del programa, la mayoría, nunca han estado en el plató de Telecinco en el que se graba, cada día, de lunes a viernes, Sálvame. Para ellos, como para el resto de la gente que alguna vez se lo ha cruzado haciendo "zapping", el resultado final emitido es un bonito todo, empaquetado a la perfección para la ocasión que, a menudo, se idealiza.
Sin embargo, como se imaginarán, ese "glamour" que se destila en antena siempre se pierde cuando el espectador tiene la oportunidad de ver qué es lo que sucede fuera de plano, detrás de las cámaras, y en definitiva, ver cómo se prepara la emisión en vivo de un programa tan complejo y peculiar como lo es Sálvame.
Algo que nosotros sí hemos tenido la oportunidad de hacer.
Después de salir desde algún punto indeterminado en autobús en dirección a los estudios de la cadena de Fuencarral, llegamos allí pasadas las dos de la tarde. A pesar de que todavía faltan dos horas para que arranque el "show", ya estamos controlados, se nos dirige como a un rebaño y se nos coloca en el plató. Se nos dan instrucciones de qué se puede y qué no se puede hacer, así como cuál debería ser nuestro comportamiento en función de las señas del realizador. La gente está muy emocionada.
En este tramo de casi hora y media antes de que salgan las estrellas del programa se aprovecha para grabar esos anuncios grabados en "falso directo" que se emitirán antes de cada pausa o al volver de publicidad.
Es importante, para que no haya fallos de continuidad, que los que los anuncian estén vestidos ya como lo harán ese día en el programa, por lo que ese es el momento elegido para rodarlos.
Llegan las cuatro de la tarde y se pone en prevengan, suena la sintonía y Carlota Corredera se mete entre nosotros en el público para darnos la bienvenida, decir de dónde venimos cada grupo y hacer la entradilla del programa.
Todos de pie y aplaudiendo. Así nos lo habían pedido.
Ya con todas las primeras espadas en el plató, es casi tan interesante lo que sale en pantalla como lo que no, ya que los colaboradores no dejan de hacerse señas, gestos y de mirar el móvil y a la gente que está detrás de las cámaras. Saben que el peso del programa lo llevan ellos y la responsabilidad por estar a la altura genera ciertos niveles de estrés.
En Sálvame espían que no saques fotos en ningún momento
Tanto que, a las pausas, estos salen a fumar en el mismo sitio en el que, en el parón largo, el único que podremos aprovechar para abandonar nuestro sitio y fumar o estirar las piernas, lo haremos nosotros. Estamos a escasos metros de los colaboradores. Eso sí, tenemos prohibido "molestarlos" y pedirles fotos. Una persona saca su móvil para hablar de una foto que le han enviado y rápidamente la seguridad se acerca para revisar que no ha sacado foto a las estrellas del programa. Máximo control.
Después de este único parón para nosotros, vuelve el programa y del tirón en el sitio hasta el final a las 20 horas. Es el momento de salir, sin cruzar palabra alguna con ningún colaborador y volver al bus. Termina la grabación de Sálvame para nosotros. Mañana ellos volverán a por otra.