Ya se veía venir cuando la productora y la cadena ofrecían un auténtico pastizal a Alba Carrillo para convertirla en la superviviente mejor pagada de la presente edición que, a cambio, se esperaría que esta acabase dando juego en pantalla, revelando asuntos de su ex, Feliciano López y protagonizando algún momento de altura en el programa.

Algo que esta siempre trató de evitar, en busca de un perfil bajo en el concurso que tratara de pasar desapercibido, pero que, obviamente, y a la luz de los hechos y de las últimas acusaciones de esta a Telecinco, hablando abiertamente de "campañita" contra ella, no ha resultado a la postre.

Para la que fuera concursante de Supermodelo en esta misma casa, los detalles que le han ido revelando que la cadena va claramente a buscarle las cosquillas y a encontrarla, son tan evidentes que caen por su propio peso. Algo que, si bien puede sonar algo exagerado, esconde algunos gramos de verdad como se ha ido deslizando desde el inicio del concurso.

Empezando por el principio, Alba Carrillo, y aunque esta sea directamente proporcional a su salario por participar, es sabedora de que posee una de las penalizaciones más altas por abandono, sólo comparable a la de Bigote Arrocet. Una cláusula anti abandono que, como se ha demostrado, tiene la intención de que esta se quede a toda costa, le pase lo que le pase, lo que supone que, aún al límite, como viene estando últimamente, no tiene más remedio que quedarse.

Los 100.000 euros de esa penalización le estarían "matando".

Otro capítulo que hizo a la rubia empezar a pensar mal de la organización es el que tiene que ver, ya no sólo con la inclusión de su madre en el concurso, que esta siempre aseguró era "un lastre", si no más bien con la posible instrucción que esta podría haber recibido sutilmente para narrar pasajes de su vida como el que le llevó a confesar que "nunca" estuvo enamorada de su padre.

Una revelación de altos vuelos para ser recibida con normalidad por alguien en la situación de hambre y soledad en la que está Alba.

Quizás el momento que más le llevó a pensar que lo que se estaba esperando de ella era ocupar minutos de pantalla a toda costa, pasara lo que pasara, es el que vivió cuando Gloria Camila llegaba a las manos con ella después de una discusión que, poco a poco, fue subiendo de tono y donde las dos tuvieron la culpa.

¿Podía el programa haber evitado que se llegase al contacto físico?. Quizás.A partir de ahí se han venido sucediendo distintos momentos de humillación con Kiko, el novio de esta, como el que llevó la pasada semana a llamar "mujer florero" en su vida personal y profesional a la modelo y a asegurar que entiende que le hayan sido "infiel" en un doble ataque en los que, considera, el programa no le ha parado los pies porque interesa que este le "raje" y acabe dándoles repercusión en otros medios. ¿Todo por la audiencia?

El último es el que tendría que ver con lo que le llega desde el plató. Allí, esta considera, por lo que escucha en las conexiones en directo, no se están poniendo los vídeos en los que se la ve buscar comida, ayudar con el fuego y sonreír con sus compañeros. Quizás eso no venda. Alba cree que se le está colgando el cartel de "mala" del concurso y que poco importa que la ataquen, insulten o que la obliguen a seguir a toda costa.