Después de haber estado durante mucho tiempo mendigando minutos en la televisión, recurriendo a su nueva faceta como intérprete de canciones 'chorra' para el verano y dejándose caer eventualmente por algún plató, la que fuera una de las presentadoras más famosas de los noventa retornaba al primer plano de la actualidad tras firmar el contrato que la llevaba a Honduras para ser concursante de Supervivientes 2017.

Nacida en Barcelona hace ya 50 años, muy pocos, casi nadie, conocen una historia dura y oscura -tanto que ha tratado de evitar hablar de ella en televisión- que comienza el mismo día de su parto, cuando esta sale de su madre prácticamente muerta y con problemas severos de salud que le marcarían durante mucho tiempo.

Con un estrabismo total y con las extremidades inferiores torcidas, el panorama que se abría durante sus primeros días de vida no era precisamente alentador.

Una realidad que marcó también su infancia, donde Leticia Sabater fue víctima de todo tipo de comentarios y burlas que hoy en día serían calificados como 'bullying', llevándola a refugiarse en su familia y en la televisión y la música, siendo estos dos los caminos profesionales con los que aquella anhelaba.

Muy pronto, con veinte años, ya saltaba a la televisión nacional de la mano de '1, 2, 3, responda otra vez' antes de acabar convirtiéndose en 'chica Hermida' en el programa 'Por la mañana'. Ya en los 90 ficharía por Telecinco llegando su gran momento de éxito a través de programas como 'Desayuna con alegría', 'A mediodía, alegría' o 'Vivan los pompis'.

Rubia, joven, guapísima y famosa, no sería hasta el año 2000 en el que decidiría pasar por el altar para convertirse en esposa de José María Fernández, de quien se divorciaría después de que lo que comenzó como un cuento de hadas se convirtiera pronto en una auténtica pesadilla.

Más tarde conocería a Roberto Corbo, de quien se enamoraría hasta las entrañas y que, del día a la noche, desapareció para siempre, entre acusaciones de haberle usurpado una importante cantidad de dinero a la presentadora.

Cuentan que esta se pasó tres meses llorando todos los días.

Después de distintas idas y venidas por los medios, y de tratar de buscarse la vida fuera de los medios de comunicación, hace un tiempo decidía convertirse en intérprete de canciones del verano. Algo que le permite tirar hacia adelante, pero que su hermana insiste no le ayuda a pasarlo tremendamente mal cuando se le acaba el trabajo. Una vida dura que parece quiere rehacerse en 'Tierra de nadie'. Veremos si la suerte, ahora, se pone de su lado.