No es nada nuevo. Todas las cadenas de todos los países que emiten programas en formato reality show incluyen en sus contratos unas cláusulas por las que deben acudir a los programas cada vez que se les llame, en las que se les indica cuándo y a qué medios pueden conceder entrevistas durante un tiempo y otro tipo de pormenores de los que rara vez se dice algo en los medios de comunicación.

Uno de los temas que más se vienen repitiendo en los últimos días tras el abandono de Lucía Pariente y la más que posible salida antes de hora de su hija, Alba Carrillo, de la Palapa es el que está relacionado con las penalizaciones por abandono en la presente edición de SV 2017 y en otras ediciones.

Unas cifras que la dirección de este programa y la cadena guardan con celo pero que hemos podido averiguar echando mano de hemeroteca y revisando cuáles han sido las pasadas penalizaciones por no esperar a ser expulsado y tomar la decisión de volver a España y dejar de pasar hambre y todo tipo de penurias por adelantado.

En este sentido, si bien al principio de este formato, en sus primeras ediciones, concretamente en 2010, era de apenas 3.000 euros, la cosa fue poco a poco incrementándose a medida que avanzaron las ediciones a modo de medida disuasoria viendo que la dureza de este concurso de supervivencia llevaba a muchos de sus protagonistas a tirar la toalla antes de lo esperado. Una cantidad que les obligaba a estar al menos cinco semanas concursando para que no les saliera el asunto a perder dinero.

Siguiendo las cifras que daba al respecto Estrella Digital, ya en 2014, los ingresos medios semanales por concursante pasaban de 600 a 1000 euros y la multa por abandonar se incrementaba exponencialmente hasta situarse en los 10.000 euros.

Una cifra muy alta y próxima a lo que muchos de los robinsones de esta edición tienen que afrontar si deciden marcharse.

Ya en la siguiente edición, de la mano de Kiko Hernández, colaborador estrella de la cadena, sabíamos que la cantidad que aquellos concursantes con más caché, y de los que en parte dependía el éxito o el fracaso de la edición de Supervivientes, tenían unas penalizaciones por abandono mucho más altas.

Concretamente se hablaba de cantidades que oscilaban entre los 20.000 y los 70.000 euros para aquellos cuyos ingresos por pasar cada semana en la isla se movían alrededor de los 20.000 euros semanales, como sucede con Bigote Arrocet o pasó con Paquirrín. Ahora, Alba Carrillo podría ser una de esas con altísimas penalizaciones. Algo que esperan le disuada de irse.