Con el comienzo de una nueva edición de Supervivientes, Pipi Estrada ha iniciado también una nueva sección en el portal ExclusivaDigital en la que cada semana analizará el concurso bajo el sello de "SuperPipientes". El excolaborador de programas como Sálvame o Mujeres y Hombres y Viceversa, como viene siendo habitual en los últimos tiempos, no se ha mordido la lengua en su primer análisis y ha atacado a todo ser viviente relacionado con Telecinco.
Pipi, que participó en la primera edición de Supervivientes tras el regreso del formato a la cadena de Mediaset en 2006 después de tres años en Antena 3, considera que el casting es un fiasco porque "da la sensación que lo ha hecho Donald Trump para que ninguno de los concursantes pueda cruzar la aduana de Estados Unidos".
Para él es antiestético, ya que "brilla por su ausencia la belleza y también el talento".
Afirma que Supervivientes es el reality por excelencia gracias a la aventura que significa concursar en él, pero cree que desde que la productora que lo lleva ya no es Magnolia, sino Bulldog, que ha sido la encargada de realizar esta edición y la pasada, lo han estropeado todo y lo han destrozado, algo que ha hecho que el público no lo acoja igual porque sus datos de audiencia son menores que los de años anteriores.
Como espectador ve el concurso lento, poco activo y con poca energía empezando por su presentador. Para él, Jorge Javier Vázquez "se confunde en muchos momentos, quiere hacerse el gracioso y no entiendo cómo puede estar tirándole los tejos a los concursantes".
Cree que su ego desmesurado es altamente peligroso, ya que está en una situación en la que confunde profesionalidad, ego y espectáculo y considera que la gente cada vez tiene un mayor rechazo hacia él, por eso tiene menos audiencia. Piensa que Jorge quiere ser el protagonista del concurso y se recrea en él mismo y "en tonterías permanentes que hace en cada gala porque cada vez que ve a un tío musculoso le tira los tejos".
De sus críticas solo se salva Lara Álvarez, ya que considera que su puesta en escena es muy buena porque es muy televisiva y muy guapa, pero aparte también "profesional, tiene ritmo, pide actividad, quiere participar y dar mucho por el concurso". La ve talentosa, bella y enérgica, y cree que es lo mejor de la edición.
Ningún concursante se salva de las críticas del periodista.
Piensa que Alba Carrillo y Lucía Pariente creen que el concurso se llama "Superserpientes". Para él son dos cuentistas en Honduras. Las ve mal guionizadas y horrorosamente puestas en escena porque se piensan que sus peleas madre-hija pueden tener un recorrido hasta el final para ganar el concurso, "pero son las reinas de la hipocresía, de la mentira y del guión".
Sobre Leticia Sabater, Pipi dice que le produce pena y angustia porque la ve con ansiedad y ganas de notoriedad y de protagonizar momentos que van a ser esperénticos. Cree que Las Melli's tienen su punto de gracia y de humor pero que solo van a hablar de Isabel Pantoja porque las han llevado para eso, ya que Telecinco no puede vivir sin hablar de ella.
A Edmundo Arrocet lo ve con el freno de mano echado porque lo está observando la Casa Campos, que está fiscalizando todo lo que hace y él lo sabe. Cree que no va a desarrollarse con naturalidad pese a que "es un hombre con personalidad, libertad y que podría hacer lo que le venga en gana".
También criticó a Paola Caruso, a la que ve como una italiana gritona cuyo único contenido será protagonizando momentos con un punto de violencia y agresividad que no sabe hasta dónde van a llegar. Considera que parece que sea la relaciones públicas de una discoteca de Flavio Briatore y no sabe quién ha tenido la idea de meter "a esta italiana que no aporta absolutamente nada, solo gritos y una agresividad que miedo me da lo que pueda ocurrir".
Sobre MYHYV, espacio en el que fue durante cuatro años asesor del amor, Pipi Estrada dijo que es el programa de los indigentes intelectuales. Por eso considera que Kiko Jiménez e Iván González solo quieren exhibir en la isla su Winstrol y sus ciclos y que son desconocidos para el público.