Risto Mejide, publicista y la modelo Laura Escanes tienen fecha de boda, la sorpresa en este caso no es que la pareja se case, lo que sorprende a sus seguidores e inevitablemente alegra es la cantidad de bombo que ambos mismos están dando a la noticia. Risto Mejide era conocido por su prepotencia, egocentrismo y soberbia en televisión, el que fuera jurado de Operación Triunfo no daba mucho margen para hablar de su vida privada, hasta ahora.

De Laura Escanes no sabíamos absolutamente nada, era una chica desconocida para todos nosotros, no debemos obviar que es una mujer preciosa, con una simpatía natural que engancha y una larga carrera deseamos en el mundo del modelaje.

Hasta aquí nada era de extrañar, ambos a pesar de la diferencia de edad se conocieron, se gustaron y comenzaron una historia de amor, lo que extraña de todo esto esque desde el minuto uno se han encargado de airear a los cuatro vientos todo lo relacionado con su vida privada y eso ha hecho que el mucho público les siga y otros muchos se pregunten que quizá hay algo extraño detrás de un hombre que buscaba por todos lados su perfecto producto y detrás de una niña que solo quería triunfar en el mundo de la moda.

Personalmente, sigo esta historia de amor desde el principio, no creo que nuestros dos protagonistas de hoy nos estén mintiendo pero también entiendo a la gente a la cual esto les genere desconfianza dado que, está más que claro que además de una historia de amor, los dos enamorados han generado una historia económica bastante rentable dado que Laura ha pasado de no ser conocida a desfilar en nuestras mejores pasarelas, ser imagen de marcas publicitarias importantes y tener un canal de YouTube en el que recibe millones de visitas.

Si es amor, negocio o ambas es una respuesta que solo nos dará el tiempo. La única realidad de toda esta historia que se puede comprobar a día de hoy es que un producto se hace grande gracias a que recibe muchos clientes que desean y apuestan por el, en redes sociales vemos que tanto la modelo como el publicista tienen seguidores y detractores a partes iguales.

Ojalá el tiempo nos de la razón o nos la quite. Y por supuesto, siempre, absolutamente siempre... ¡Que triunfe el amor!