Petra y Carina, la obra que todos los viernes de abril se presenta en los Teatros Luchana de la capital, no es una historia de Amor más. La autora, la prestigiosa Mar Gómez Glez ahonda en la intimidad de Petra y Carina, en sus vidas pasadas y en el diferente universo sociocultural al que cada una pertenece.

¿Te has enamorado alguna vez? Preguntan al público Paula Foncea (Petra) y Fabia Castro (Carina) apenas se inicia la función. Seguramente la mayor parte de los asistentes lo han hecho, pero la atmosfera que Sandra Dominique, directora y escenógrafa de la obra ha creado sugieren a la platea que a la respuesta habrá una repregunta, mucho más dura, mucho más íntima y la hay.

Paula Foncea, tiene la fuerza de la juventud en su interpretación. Dominique y el texto le exigen tanto a ella como a Fabia mucho de sí. La historia de estas mujeres jóvenes transcurre entre elementos vanguardistas para el género teatral. Los saltos temporales del relato, una puesta en escena que incluye un piano en vivo y vídeos en paralelo con el desarrollo de la acción, entre otros factores, la vuelven más interesante aún.

¿Qué momento es el que te ha resultado más difícil de interpretar en la vida de Petra?

Paula Foncea: El momento que más complejo me resulta como Petra es en el que me he quedado algo traspuesta sobre una mesa y, al despertar del todo, cavilo cómo es posible que el amor y el desamor sean posibles juntos, mano a mano, con la promesa de Carina de nuestro "para siempre", que no puede si no existir a la vez que alimenta la incertidumbre del desamor.

Soy consciente de que ella me hace falta, pero me ha dejado y a la vez tengo un orden que poner en mi día, pero me encuentro realmente mal.

¿Qué parte del texto es tu favorita y por qué?

Paula Foncea: Mi parte del texto favorita o al menos una de ellas es un monólogo prácticamente al final de la obra en el que hablo de las relaciones desde roles impuestos por Hollywood, entre otros elementos de nuestra sociedad.

Me gusta porque me parece una gran verdad. Otra parte que me gusta mucho es cuando contamos al público cómo nos conocimos Petra y Carina; me parece la más feliz.

Pese a que la historia de amor es entre dos mujeres, ocurre lo mismo que en Brokeback Mountain de Ang Lee, dos personas que viven según las leyes universales del dolor y el placer, totalmente indiferente a la inclinación sexual de sus protagonistas.

Petra y Carina, aman, sufren, celan, son tremendamente encantadores y también crueles

¿Crees que la obra habla del amor y la forma de amar y que, el hecho de que las protagonistas sean dos mujeres es algo casi anecdótico, o por el contrario piensas que está relacionado con una manera de amar y entregarse más propia del universo femenino?

Paula Foncea: Respecto a tu pregunta sobre la forma de amar (gracias por compararnos con Brokeback Mountain, todo un honor), creo que los roles que plantea el texto tienen que ver con una sociedad heteropatriarcal donde pesa lo posesivo, el dominio de la otra persona, la pertenencia en la relación y por supuesto el conflicto doloroso típico de los enredos del cine romántico.

Esto me lleva a plantearme hasta qué punto vivimos con realidad lo que sentimos cuando estamos en pareja; si estamos cumpliendo un rol totalmente cultural que aprendimos desde niñas o si el tipo de amor que tenemos es libre y sano y qué significa realmente esto último.

Petra y Carina están inspirada en la idea que se desprende de la obra de Fassbinder, Las amargas lágrimas de Petra Von Kant. Petra es una joven millonaria que trabaja desarrollando aplicaciones móviles. Carina es una aspirante a artista que canta en algunos bares y eventos sin demasiado reconocimiento. Estarán en cartel hasta el 28 de abril en los Teatros Luchana de Madrid.