Ser presentador no es nada fácil. Conducir un programa en directo, donde es imposible pedir al director un "corten" y volver a empezar si algo pasa, más aún. Serlo de Gran Hermano, un programa impredecible a cada segundo y que cuenta con decenas de familiares y colaboradores -que no se llevan a menudo precisamente bien- y organizar todo ese sarao, ya es de otro nivel.

Algo que conocen de primera mano los Jorge Javier Vázquez, Jordi González y también Sandra Berneda, la última en llegar al reality decano de la televisión en España y, quizás, la que tiene la mecha más corta de los tres en cuanto a aguantar y soportar según qué tipo de actitudes y comentarios, dentro y fuera del plató en relación a otros presentes o habitantes en Guadalix de la Sierra.

Realidad que quedó patente en lo que fue su despedida como presentadora de 'El Debate' de GH VIP 5 y en el que no quiso despedirse de su espacio dominical sin reprobar muchas de las cosas que había visto, oído y que había venido callando para no alterar el buen funcionamiento de su espacio pero que se vio obligada a denunciar públicamente, con un rostro serio y con una rabia contenida evidente de la que nos dimos cuenta todos los tele espectadores.

Con el ceño fruncido, Sandra, tras una noche de lo más movida entre colaboradores, familiares y ex concursantes, en las que no faltaron desprecios, malos modos, tonos inadecuados y muchos de los gestos que estamos empezando a acostumbrarnos a ver en televisión como si fueran normales, espetó a la audiencia un contundente: "Se han vivido momentos desagradables hasta sin cámaras", aludiendo a todo lo que no se ha visto cuando las publicidades llegaban y estos, en plató y por los pasillos continuaban sus particulares guerras, quizás algo recrudecidas en este último programa por la tensión de la final a la vuelta de la esquina.

Un buen puñado de "cosas lamentables" que Barneda no podía dejar pasar por algo y que ha llevado a mediar a miembros del programa y a otros colaboradores de este espacio en varias ocasiones para evitar males mayores, ya que son varias las fuentes que hacen alusión a que se ha estado muy cerca de llegar a las manos en varias ocasiones, también anoche.

Un ambiente de trabajo desagradable que ha llevado a Sandra, con razón, replantearse la opción de seguir al frente de este espacio. No parece para ella.