Mercedes Milá, la longeva presentadora de nuestro programa de Televisión favorito siempre se ha caracterizado por ser una mujer valiente que coge la vida de frente sin dar muchos rodeos innecesarios, muy querida por Telecinco, presentadora a lo largo de 16 años, toda una profesional siempre nos ha regalado su mejor cara incluso en los momentos en los que peor ha estado, uno de los motivos que le obligaron a abandonar un programa reality que llevaba muchos años presentando: Gran Hermano, aprovechando el día de San Jordi Mercedes Milá se sentó en el Sábado Deluxe para hablar sobre la segunda temporada del programa que hace poco puso en marcha, ‘Convénceme’, algo en lo que se encuentra sumergida desde que abandonó Gran Hermano.

Esta presentadora, siempre fuerte y echada para adelante, admitió que hubo momentos muy malos, momentos en los que no era capaz de conciliar el sueño, lloraba mucho y todo le desembocaba en una ansiedad que a veces le era difícil de controlar, que se encontraba en un agujero negro del que tuvo que tomar la inicativa para salir, que lo primero fue admitir la situación en la que estaba y que su límite había llegado, por el motivo que fuese, en este caso, con Gran Hermano.

Gran Hermano la había consumido hasta el punto de haber tenido que pedir ayuda a profesionales en el mundo de la psiquiatría, a escritores con libros de autoayuda, incluso a la meditación, que asegura ha jugado un papel muy importante en su recuperación.

Sin pelos en la lengua habló de sus últimos conflictos tanto laborales como personales y entre ellos se encontraba, cómo no, la depresión que vivió recientemente, causada por estrés, ya que en las dos últimas ediciones del reality la cosa se ahbía desequilibrado y sólo sentía angustia y ganas de llorar.

Y también hubo ocasión de ponerse al día con otros colaboradores de la cadena, como hizo en el plató de Cazamariposas recriminando a Kiko Hernández que la actitud que tenía tan atacante no lo iba a llevar a ningún sitio y que sus pequeñas merecían un padre más amable.

De la forma que sea la presentadora, a sus 66 años está llena de energía y con las pilas muy renovadas, dispuesta y capaz de conseguir llegar a la máxima audiencia, y a pesar de todo no se arrepiente ni siquiera un poco de haber dejado de presentar Gran Hermano, aunque aquel sea el programa por el que siempre la conoceremos todos, desde aquí le mandamos toda la suerte del mundo para que siga cosechando éxitos.