Esperanza Aguirre dimite, es una noticia que se ha hecho eco en todos los mentideros desde hace unas pocas horas, pero de lo que nadie habla o nadie se da cuenta es que es un personaje que dimitió no ayer sino hace ya mucho tiempo y de ella mismamente, encerrada en su propio personaje de política imparable.

En los útimos años de su vida profesional ya no miraba tanto ni estaba tan pendiente de lo que ocurría en su círculo, ni siquiera de lo que llevaban a cabo sus dos ex compañeros que hoy en día se encuentran en prisión, tampoco se dio cuenta de que su personaje de líder absoluta, imparable y valiente ya no podía dar más, convertida en una celebrity por las cámaras no hizo lo que tenía que hacer cuando aún podía hacerlo elegantemente, ahora se ha despedido de su público y según fuentes como El Mundo lo ha tenido que hacer como nunca quiso, con la cabeza agachadita.

Esperanza Aguirre, envuelta en polémica, ha derramado muchas lágrimas en estos días pero más que por ninguna otra cosa, por sí misma y la pena de que su legado no vaya a pasar a la historia como un hito en la historia de mejorar España sino como algo peor, cualquiera al que no le gustase el personaje que se había creado lo habría sabido el día que encarcelaron a Francisco Granados, a ver, una pena aunque ella tampoco paró hasta la imputación de Ignacio González y ayer todo explotó.

Muchos medios hicieron de ella una archienemiga nata, sus enemigos fueron muchos y muy variados entre ellos pueden destacar el actual presidente del gobierno, el expresidente Zapatero o el líder de la formación morada Pablo Iglesias y más aún que nadie, los paparazzi.

La última parte de la vida de Esperanza Aguirre sin duda ha sido la peor de todas, la vida de una mujer que todo se lo llevaba por delante, que destacaba y que veíamos capaz de todo, ya que lo demostró en varias ocasiones como cuando quiso dimitir de su cargo de presidenta en Madrid tan sólo para demostrar a su gobierno que podía ganar las elecciones.

Campaña en la que los ciudadanos de Madrid le quitaron todo el apoyo para ser alcadesa y a su vez eligieron a Manuela Carmena denotando su fracaso ante España.

A partir de ahí la caída en picado de Esperanza Aguirre ha sido progresiva pero en mi opinión poco sorprendente para todos, empezando por los que se rodeaba y terminando por ella misma, todo sea dicho.

La cosa ha terminado de la peor manera posible, no sé qué opinión os suscitará, pero intuyo que no muy buena.