Que Alyson Eckmann ha criticado a DANIELA BLUME es evidente. Igual de obvio que criticar es humano. Gran Hermano sin eso no sería lo que es. Los concursantes son jueces de sus propios compañeros. La audiencia es juez de ellos y de las críticas que se vierten entre si.

Los fans de Alyson hicieron los deberes para conseguir que la final de esta edición sea la merecida. Soportaron la presión de estar en la mira de las Blumers y Blumettras, que pretendían deshacerse de una dura rival para la final y, ya de paso, hacer feliz a Daniela. Al inicio de la gala un rotundo 60-30% reflejaba el trabajo bien hecho.

Marco Ferri tenía un pie fuera de Guadalix.

A partir de aquí, el lógico comportamiento empresarial de GH VIP ante tal desventaja a las puertas de la semifinal. Exprimieron al máximo un duelo que ha debido reportarle unos ingresos de, como mínimo, 20.000 euros y valiosas décimas de audiencia. La forma de hacerlo no fue otra que tratar de equilibrar al máximo los porcentajes para incrementar aún más las ganas de votar de la gente. ¿Cómo conseguirlo? ‘Fusilando’ a la persona detrás de ese 30%.

Siempre de forma legítima y legal, bajaron a Alyson a su propio infierno para afrontar su cara menos agradable. Recopilaron sus vídeos más negativos respecto a Daniela y Marco y la enfrentaron a ambos. La americana sufrió, se derrumbó, se arrepintió, deseó abandonar el concurso pero sobrevivió pese a las quemaduras.

Sus fans la quieren en la final porque es tan humana como el resto de la humanidad. Se siente gorda cuando come Doritos, gigante si encima le dicen que ha engordado, pequeña cuando ve ante sí a la fashionable novia de alguien a quién admira como Marco y novata cuando está con una profesional como Daniela. Refleja las inseguridades del 99% y las expresa de forma natural, algo de agradecer en televisión.

Y eso conlleva ‘echar mierda’ sin poder evitarlo a veces.

Ayer se echó de menos ver que tanto Marco como Daniela han criticado, porque lo han hecho y se han contradicho también. Es comprensible. Lo que no entiendo tanto es que Jordi González afirmara que no pusieron imágenes negativas de ellos dos porque no las hay.

Intolerancia a la crítica

Quién se enfada por las críticas reconoce que las tenía merecidas”, dijo Tácito siglos atrás. Daniela no tolera las de Aly, a la cara o a la espalda. De hecho no soporta que idee esas críticas aunque no salgan por su boca. Haciendo eso demuestra intolerancia a una forma de ser humana. Cae en el error de defender la tolerancia no tolerando una de sus expresiones más comunes. Sin olvidar que ella también peca de eso que tanto se queja. Que Aly no ha estado acertada en muchos de sus comportamientos es evidente. Pero se reconoce en ello. Es ella misma y no lo esconde. ¿Qué más le podemos pedir a una concursante?

No veo a Daniela como una persona que se sienta traicionada por alguien a quién apreciaba.

Era igual de consciente que Aly de la relación entre ambas fuera de Guadalix pero ha sido menos torpe a la hora de aparentar que no había tensión entre ellas sabiendo esperar al error de su rival para sacar las garras. La veo cómoda.

Qué suerte tendremos el día 9 de disfrutar de una final entre tres de las concursantes más originales y especiales que han pasado por GH. Decir que solo Aly hace cosas negativas y Daniela o Elettra no, o al revés, es perderse una parte del concurso y de la grandeza de sus personalidades. Están llenas de unas luces y unas sombras que adoro. Son tres ganadoras.