Con 59 años, madrileño de nacimiento, hermano de Coto, marido de Makoke y padre de Diego y Laura, no todo el mundo sabe que Kiko es primo hermano de la grandísima escritora Almudena Grandes, a quien este admira tremendamente desde tiempos inmemoriables.
Con la carrera de derecho por acabar, desde 1984 y hasta 1996, este estuvo casado con Marian Flores, la hermana de Mar Flores, de quien se divorció muy por las malas, tras ver la luz una serie de historias de infidelidad de este, habiéndose publicado que tanto él como el que fuera primer marido de Marian, José Javier Ortega, llegaron a hacer un trío mientras este estaba 'felizmente' casado.
Ya doce años después de su separación encontraría el amor en Makoke, con quien también han tenido sus más y sus menos, entre rumores de infidelidad de ambas partes, y con quien tiene previsto volver a pasar por el altar en breve... si nadie se mete de por medio. Según Belén Esteban, Kiko Matamoros es una 'marioneta de Makoke', lo que se ha convertido en un corrillo en los pasillos de Mediaset España y que irrita terriblemente al colaborador.
Es precisamente la Princesa del Pueblo, una de sus enemigas más íntimas en la Televisión, donde este ha mostrado siempre una imagen más bien agresiva y con pocos gestos amables con sus compañeros e invitados a los programas de Sálvame y Sálavame Deluxe, cuando no en otros realitys en los que también colabora.
Asociado a un carácter terriblemente duro, una de las grandes polémicas que le ha sacudido a nivel público es su vinculación con pensamientos xenófobos, los que se incrementaron con una serie de desafortunados comentarios sobre Muti, ex concursante de Gran Hermano, durante el tiempo que estuvo como comentarista del reality.
Para malas relaciones la que han tenido tanto él como su hermano Coto, quien llegaría antes que él a la televisión a través del mítico programa 'Crónicas Marcianas'.
Las acusaciones entre ambos sobre consumo de cocaína y narcotráfico han sido de lo más terribles.
Sus secretos más íntimos ahora son las operaciones de estética a las que ha ido sometiendo a su cuerpo y sobre todo a su rostro, habiendo cambiado enormemente su expresión si echamos un ojo a las fotos de Kiko de hace quince años.