En la historia de Dragon Ball hasta antes de la introducción de Bills y Wiss, la máxima autoridad en deidades era Dai Kaioshin, quien dejó de existir como personaje el día que fue absorbido por Majin Buu, dejándole el campo al supremo kaiosama y su asistente Kibito, sin embargo, posteriormente mientras Gohan se entrenaba en el planeta supremo con la espada Z para derrotar a Majin Buu, este cometió un error y la rompió, liberando por accidente a Ro Dai Kaioshin quien es un anciano cuya influencia en el universo 7, se remontaba a ser el supremo kaiosama de hace 15 generaciones, quien se hallaba preso en la mítica espada.
La explicación que se tenía a priori era que por el hechizo de alguien el supremo kaiosama de hace 15 generaciones, había quedado allí encerrado por miles de años, por lo que en adelante pasaron más de una docena de deidades supremas. Sin embargo, Dragon Ball Súper no solo trajo un grupo de nuevos dioses y asistentes, a su vez reveló algunas cosas que no habían quedado del todo claro en Dragon Ball Z o que al menos no se le había dado la importancia requerida. Ese es el caso del encierro de Ro Dai Kaioshin, quien de acuerdo al nuevo argumento fue sellado en la espada Z, a causa de una rabieta del dios de la destrucción Bills.
No obstante, nunca se dijo que de manera directa él lo encerró, por lo que evaluando las capacidades de Bills es imposible que haya sido capaz de realizar tal proeza, sencillamente no tiene ese tipo de habilidades, es por esa razón que aunque fue el principal responsable de la acción en realidad no la ejecutó él, en su lugar le dio la orden a Wiss para llevarla a cabo a lo que Wiss en un principio tuvo que resistirse dado que era consciente de la mala acción.
Pero a pesar del desacuerdo entre asistente y dios destructor, al final el trabajo de Wiss es obedecer a Bills, por lo que a fin de cuentas debió utilizar sus habilidades para encerrar o volver un objeto a Ro Dai Kaioshin, dado que acabar con su vida hubiera puesto en peligro la de Bills.