"Francamente, querida, eso no me importa" o "A Dios pongo por testigo, que jamás volveré a pasar hambre" son frases míticas de un clásico del Cine: Lo que el viento se llevó. Se estrenó hace 75 años y se convirtió en la película más famosa de la historia del cine. Lo que sorprende es que hoy en día el romance entre Escarlata O´Hara y Rhett Butler te sigue atrapando como la primera vez y es que hay películas que el tiempo no pasa por ellas. Por ahora es la película que más ha recaudado en la historia del cine, más de 3.300 millones de dólares. Que sus cuatro horas de duración no te echen para atrás, vuelve a verla otra vez.

Seguro que hay muchas curiosidades que no conoces de esta película y que te sorprenderán cuando las leas a continuación. Por ejemplo, que al estreno celebrado en Atlanta asistieron casi todo el equipo la autora del libro y los actores y actrices principales, a excepción de la inolvidable Mammy y los actores afroestadounidenses que aparecen en el film. En 1939, había leyes que mantenían la segregación racial en las instalaciones públicas y no permitían la asistencia de gente de color.

Vivien Leigh fue la actriz elegida para encarnar el papel de Escarlata, pero tuvo que someterse a varias pruebas hasta conseguir el papel. La búsqueda de la actriz principal llevó 2 años y un cásting a más de 1.000 actrices.

En cuanto al actor principal, no se pensó en primer lugar en Clark Gable, Gary Cooper o Errol Flynn fueron los primeros elegidos.

¿La relación entre Gable y Leigh era buena? Lo que más se ha oído a lo largo de los años es que los dos protagonistas no se soportaban pero se respetaban porque eran dos profesionales. Se ha dicho que Gable comía cebollas y que Leigh fumaba mucho.

Mejor no imaginemos cómo eran los apasionados besos de la cinta. El éxito del film se vio en los Oscar, 8 estatuillas se llevaron. La adorable Mammy se llevó una de ellas, así como Vivien Leigh.

Los censores recibieron una buena cantidad de dinero para que respetasen la última frase del film. En España, la censura prohibió la película hasta 1950.

La clasificación era de "gravemente peligrosa", ya que trataba temas muy delicados: infidelidad, racismo, homicidio…

Ahora, ya podemos disfrutarla desde el sofá de nuestra casa, toda una película para estos días de Navidad. Claro que si te has quedado con ganas de verla en pantalla grande, todavía hay cines en Nueva York que la exhiben en sus salas. Y si estás por Jonesboro, en Georgia, pásate por el museo Road to Tara, podrás recorrer los lugares de la película.