El próximo lunes día 4 de mayo las peluquerías van a poner fin al cierre que provocó el estado de alarma. La reapertura de los locales será progresiva en función de cómo evolucionen las distintas fases de desescalada.
La noticia ha sido recibida con dudas en el gremio, que lleva semanas preocupado por si una parte importante de sus establecimientos no puede sobrevivir al cierre.
Esto se traduciría en que prácticamente 20.000 peluquerías en España se verían obligadas a desaparecer, la mayoría de las cuales son micro empresas de no más de cinco trabajadores.
Las dudas frente a la desescalada surgen por los posibles riesgos a los que se someterán tanto clientes como personal de las peluquerías, unos lugares donde será complicado guardar distancias de seguridad. Por ello, los dueños de estos establecimientos han solicitado al Gobierno que aclare las medidas y requerimientos para la reapertura.
Listas de espera saturadas
Mientras se aclara el protocolo a seguir en la apertura de los locales, las listas de espera para recibir atención en las peluquerías ya están llenas.
De hecho, son escasos los huecos que quedan para la primera semana de reapertura. Y es que el sistema de cita previa será la norma a partir de ahora. Se trata de la única manera de garantizar el requerido distanciamiento social junto a la limitación del aforo permitido a un 30%. Por ello, la forma de asegurarse un hueco en las peluquerías a partir del próximo lunes es llamar a los teléfonos de los locales y reservar una cita con suficiente tiempo de antelación.
Tras semanas de cierre, tanto dueños como clientes están deseosos de que la reapertura sea un hecho. La vuelta a la actividad no será, sin embargo, parecida a la era pre Coronavirus. Serán muchas y diversas las medidas de seguridad, higiene y distanciamiento social nuevas a adoptar, no solo por parte de los trabajadores sino también de las personas que acudan a los locales.
El protocolo higiénico-saludable a seguir
Las peluquerías estarán obligadas por ley a aplicar normas higiénicas, sanitarias y de distanciamiento social especiales. De esta manera, son muchos los salones que ya han ideado un protocolo a seguir para posibles transmisiones y contagios por coronavirus. En primer lugar, el uso de mascarillas será obligatorio por parte del personal, que también empleará guantes. Además, se potenciará el mínimo contacto posible dentro de los propios límites de la actividad a desarrollar. Para salvaguardar la distancia social entre clientes, se dejarán sillones vacíos entre los usuarios y se emplearán mamparas. Asimismo, los objetos, bolsos o abrigos personales se introducirán en bolsas herméticas.
En cuanto a los locales, es aconsejable eliminar la mayor parte de los objetos y muebles puramente decorativos con el objetivo de poder realizar una limpieza más a fondo y evitar elementos prescindibles de transmisión del virus. En este apartado, quedan prohibidas las revistas, un elemento habitual para entretener la espera de los clientes. La idea es hacer más accesibles las superficies para su desinfección.
La desinfección de materiales y locales es fundamental
Precisamente la desinfección tanto de superficies como de material será clave para la seguridad de las personas. Tras cada uso se tendrá que realizar una desinfección en profundidad de todos los utensilios empleados, además de potenciar el uso de material desechable o esterilizado.
El uso de soluciones de hidroalcohol será obligatorio y constante y se estudiará en cada caso la posibilidad de tomar la temperatura de los clientes antes de entrar al establecimiento. Por último, algunos salones han anunciado que reunirán los datos personales de los usuarios con el objetivo de poder trazar un camino de contactos en el caso de que se detecte un contagio.