Comer aceitunas es un gesto muy saludable. Es algo que lo reconoce toda la comunidad científica; pero, pocos saben que comer este alimento tiene otro importante beneficio que hace que sean fundamentales en nuestra dieta. Las bacterias presentes en la salmuera son capaces de absorber los metales pesados y los tóxicos durante el proceso de digestión, lo que hace que sea mucho más sencilla su eliminación, lo que sería un auténtico "plus" a la hora de consumir aceitunas.
Una nueva investigación liderada por la Universidad de Jaén ha descubierto esta propiedad de las olivas
Este nuevo descubrimiento ha venido de la mano de un grupo de investigadores de Reino Unido y de España, gracias a un proyecto liderado por la Universidad de Jaén, que han sido capaces de describir cómo el proceso propio de la fermentación de la aceituna concede a la misma una serie de propiedades que ayudan a atrapar y eliminar del intestino una serie de metales pesados, entre los que se encuentran el cadmio o el mercurio.
Esto es gracias a una serie de bacterias que están presentes en la aceituna más típica en los hogares (la “de mesa”) que limita la absorción de esta clase de metales tóxicos a lo largo de la digestión.
Durante todo el proceso de fermentación natural, se logra quitar el sabor amargo a la oliva y se facilita que se consuma, es cuando se desarrollan los microorganismos más beneficiosos, aunque ya estarían presentes en el árbol (aunque en una menor cantidad).
No es la única propiedad que tienen las aceitunas, pero si podría ser exclusiva
El estudio fue realizado bajo una técnica “in vitro” con una variedad de oliva aloreña de la provincia de Málaga y se encontraría en fase “preclínica”. Las cepas que se han identificado actuarían recubriendo la mucosa de nuestro propio organismo, impidiendo que moléculas de metales pesados como pueden ser el mercurio, el arsénico o el cadmio puedan atravesar sus paredes y lleguen al torrente sanguíneo.
De esta manera, el consumo de aceitunas podría convertirse en fundamental, ya que, cada vez hay más metales pesados en los alimentos que consumimos y ello implica un peligro para nuestra salud a medio-largo plazo.
Según Hikmate Abriouel, investigadora de la propia Universidad de Jaén, este tipo de bacterias trabajarían como una especie de esponja que es capaz de atraer esta clase de partículas, reduciendo la posibilidad de que estén disponibles en nuestro sistema digestivo y aumentando la posibilidad de que sean eliminadas a través de las heces. Esta cualidad no es la única que presentan las olivas, aunque si sigue una serie de mecanismos genéticos que son excluyentes y no están presentes en ningún otro microorganismo.