El sudor es una sustancia que nuestro cuerpo segrega a través de los poros de la piel. Contiene pequeñas cantidades de sales minerales y en ocasiones sustancias grasas, y su función es la de refrescarnos. Esto es totalmente cierto. Cuando a nuestro cuerpo le da mucho calor, el sudor es el encargado de mantener una temperatura constante para que no nos sofoquemos. Este mecanismo es mejor conocido como termorregulación.

Por su parte, aunque todos lo culpamos cuando después de una rutina de gym o clase de aeróbicos, el salón huele a zoológico, en realidad, el sudor por sí solo no tiene olor.

El problema viene cuando entra en contacto con las bacterias de la piel, que son las verdaderas responsables del mal olor. Asimismo, las axilas son una zona en donde esto se complica, ya que la humedad y oscuridad del área favorecen el desarrollo de esas bacterias.

Un consejo muy valioso para conversar el olor de tu perfume o desodorante favorito, es usar la línea completa de productos de una misma marca: desde el jabón y la crema, hasta el champú. Así, su aroma se quedara contigo día y noche. Para mantener el sudor bajo control es más fácil prevenir su llegada que pedirle que se vaya. Lo más importante es bañarnos todos los días, y lavar muy bien las zonas que antes mencionamos para ayudar a eliminar en gran parte de las bacterias de la piel.

Después, aplicar un desodorante antitranspirante es la clave, ya que previene y elimina el mal olor de las axilas. Cambiar a diario de ropa y utilizar prendas de telas naturales y no sintéticas, también es un buen recurso.

El sudor encarcelado

¿Te has preguntado alguna vez si tener más vello equivale a generar más sudor? La respuesta es .

Cuanto más vello exista en las axilas, más sudor habrá, lo que aumenta la probabilidad de que se presente el mal olor.

Esto sucede porque las bacterias de la piel quedan atrapadas en el vello, haciendo más difícil el trabajo del antitranspirante. Además, si tuviéramos demasiado vello, la temperatura de esa zona subiría aumentando por tanto la transpiración y con esto la humedad.

¡Auxilio! Sudor a la vista

A todas nos ha pasado alguna vez que a la mitad de un largo día notamos un olor a sudor en las axilas y no traemos desodorante. Muchas nos han contado que en casos desesperados se aplican jabón o perfume. Sin embargo, esto puede resultar contraproducente: el jabón tiene un grado de acidez (pH) muy diferente al de la piel, lo que podría provocar comezón o irritación. El perfume, por otro lado, enmascararía por un tiempo el mal olor, pero además de que no duraría mucho, la mezcla de aromas también podría empeorar la situación.

Así que en estos casos desesperados, lo mejor es lavar con agua y jabón las axilas, enjuagándolas y secándolas muy bien, y una vez que la piel este libre de bacterias, podrías aplicar el perfume. De cualquier forma, lo mejor paras evitar estos imprevistos seria utilizar un antitranspirante de efecto prolongados y si lo consideras necesario, mejor llévalo en tu bolso.