¿Sabes qué tipo de pie tienes? ¿Al finalizar la jornada te duelen los pies y las pantorrillas? Si has respondido que sí a ambas preguntas está claro que tu calzado no es el adecuado. La Asociación Española de Medicina y Cirugía del Pie (AEMCP) distingue entre el pie griego, el egipcio y el polinesio.

Mientras que en el pie griego el segundo dedo es el más alargado, en el egipcio todos los dedos, comenzando por el gordo, se alinean en orden descendente. El pie polinesio, por su parte, se caracteriza por que la longitud de todos los dedos es similar.

Aunque parezca una obviedad, conocer el tipo de pie que tienes, al margen del nombre, te ayudará a evitar ampollas, callos y hasta lesiones en tu columna. Si tienes un pie polinesio, el calzado terminado en punta no es el más saludable para ti. Del mismo modo que si posees un pie griego el acabado cuadrado es el menos recomendable. Deberías optar por el redondeado para favorecer un ajuste más fisiológico.

Claves para acertar con el calzado

Los expertos coinciden en que el calzado saludable debe reunir una serie de requisitos en cuanto a los materiales de fabricación, la sujeción del empeine y las peculiaridades de la suela y del tacón. ¿Crees que lo más saludable es el calzado plano? Si es así, estás equivocado.

El tacón es necesario. Eso sí, sin exceder los 4 centímetros y que sea ancho para asegurar un reparto igualitario de tu peso y prevenir así las lesiones en el talón. El calzado plano con el que notas con nitidez el suelo no es nada recomendable. Fíjate siempre en que la suela sea acolchada y flexible. Resulta prioritario que amortigüe el impacto del suelo y que se adapte a la fisonomía de tu pie.

En este sentido, es tan perjudicial el calzado excesivamente ajustado como el holgado en exceso. Para evitar los roces el zapato que elijas debe sujetar tu empeine, ya que es el encargado de equilibrar el desplazamiento y actuar como resorte ante el impacto de la pisada.

Así mismo, en cuanto a los materiales, los naturales como el cuero son los más saludables, ya que favorecen la transpiración y evitan la acumulación de bacterias (y de olores, no menos importante).

Tips expertos para el calzado

Siguiendo las recomendaciones de los podólogos, cuando vayas a comprarte zapatos recuerda hacerlo por la tarde o, al menos, después de haber caminado por un tiempo para que tus pies se hinchen y su estado se asemeje al que tendrán cuando te los pongas. Pruébatelos con calcetines gordos y ten en cuenta qué uso les vas a dar. No es lo mismo que sean para caminar muchas horas, para estar de pie o para ocasiones puntuales.

La AEMCP insiste en que muchas de las enfermedades comienzan por una mala elección del calzado, causando Dolor articular y resintiendo la espalda. ¿Sabes que el calzado con cordones es el más ergonómico y confortable? Si se trata de niños el velcro es lo más práctico.

Como ves, elegir el calzado más conveniente para ti no es tan difícil, ¿verdad? La próxima vez, aplica estos consejos y prevendrás los roces y sobrecargas musculares.