Necesito prevenir a las personas de un peligro

Denuncio a aquellos médicos que no informan a los pacientes adecuadamente de los riesgos que van asociados a su tratamiento, sea cual sea su enfermedad. Por este motivo, una persona muy querida y cercana a mí, asumió un riesgo que no conocía y que le ha destrozado la vida al crearle daños cerebrales irreversibles que no poseía. Hoy, voy a ser su voz.

Este no es un artículo sobre negligencia en medicina, aunque es un área importante y relacionada, como se muestra por negligencia. Este artículo trata de aquellos médicos que se saltan lo que se llama Consentimiento informado, un derecho de todo paciente, según la Ley 41/2002 de 14 de noviembre, de la autonomía del paciente y de derechos y obligaciones de documentación clínica.

Por consentimiento informado se entiende la conformidad voluntaria del paciente, tras recibir la explicación adecuada del tratamiento mediante palabras comprensibles, de forma que se lleve a cabo una actuación profesional que afecte positivamente a su salud.

No puedo escribir el nombre de la persona afectada o explicar los detalles de su enfermedad inicial y el tratamiento por el cual empeoró, porque me ha solicitado preserve su intimidad. Pero puedo, a petición suya, contar su historia, de forma que este tipo de casos no vuelvan a repetirse y escribir un relacionado enlace Depresión.

Asimismo hay que prevenir el consumo excesivo de medicamentos como se aprecia por pastillas. Esta persona fue a un médico de renombre al que explicó todo lo que le sucedía.

Le fue recetado un fármaco no experimental. El médico le dijo que no leyese el prospecto del medicamento, ya que habían descrito una serie de efectos secundarios que no solían producirse y que solo lo asustarían.

El paciente empezó el tratamiento y comenzó a sufrir alucinaciones. Llamó a este médico explicándole lo sucedido.

Le contestó que el 90% de los pacientes mejoraban pero que el 10% sufrían lesiones cerebrales al tomarlo. Y agregó no haberlo dicho porque no quería que se asustara y no lo tomara.

Asumir riesgos es algo que ha de decidir el paciente y no el médico

Al pasar algún tiempo tras dejar el tratamiento, las alucinaciones desaparecieron, pero le quedaron esta serie de secuelas irreversibles: pérdida ocasional de la capacidad de concentración, lapsus de memoria, reducción del intelecto y pesadillas intensas.

Lo más irónico fue que la enfermedad que pretendía curar continuaba ahí.

Visualizad esto: una buena e inteligente persona que se desorientaba al salir de su casa y necesitaba llamar a un familiar que fuese a recogerla aunque estuviese dos calles al lado. Solo a los 32 años.

Lógicamente, visitó a otro médico, competente e íntegro. Sí está logrando curar la enfermedad que padecía, pero el resto de síntomas citados no pueden ser eliminados y por eso se llaman “daños irreversibles”.

Esta persona, no puede ir a los Tribunales ya que carece de pruebas. El médico puede inventar que sí le advirtió, pero que el paciente asumió ese riesgo por propia voluntad. Es la palabra del paciente anónimo contra la de un reputado médico.

Una vez más, el poder de ciertas personas ya sea en el ámbito médico, empresarial, político o del mundo de los famosos, salen impunes de sus delitos tras perjudicar la vida de un inocente.

Lo único que se puede hacer es denunciar lo sucedido por los medios de comunicación, de forma que, todas las personas estén advertidas. Paremos unidos las injusticias.