Según estudios, una persona con una visión negativa y pesimista de la vida, incrementa las posibilidades de fracaso en las distintas áreas de su vida, mientras que, una persona que toma una visión optimista y positiva frente al mundo, incrementa de manera considerable sus posibilidades de éxito.

A pesar de que los seres humanos somos negativos por naturaleza, se ha demostrado que, llevando a cabo un trabajo de reflexión y Motivación personal, es posible encontrar un punto mental de estabilidad positiva con el que poder disfrutar más de las pequeñas cosas diarias.

Por eso, vamos a darte algunos consejos para que puedas cambiar esa visión pesimista y negativa por una visión más optimista que te ayude a sentirte más enérgico y feliz.

1-Tú y tu espacio personal

Todos necesitamos tiempo para nosotros mismos. Relajarnos mientras escuchamos música o sentarnos a leer un libro son algunas de las cosas que preferimos realizar en soledad, porque constituyen nuestro espacio y tiempo personal. Por ese motivo, es muy positivo que tomes un tiempo personal siempre que puedas; date una ducha relajante, toma un café mientras reflexionas sobre aspectos de la vida diaria, pon tu película favorita o, simplemente, siéntate en el sofá. Debes relajarte y sentir que ese momento es solo para ti.

2- Busca opciones viables

Los seres humanos tendemos a planificar el futuro en nuestra mente; nos imaginamos cómo será algo futuro porque deseamos que suceda de ese modo, pero en ocasiones, lo que habíamos imaginado no ocurre o lo hace de distinto modo, y eso nos lleva a un estado de frustración personal que puede desencadenar en tristeza, estrés e incluso depresión.

Por eso debemos buscar otras alternativas para nuestro problema. Si no conseguiste el trabajo que siempre habías deseado, seguro que puedes descubrir en qué otra cosa eres bueno y luchar para trabajar en ello.

3- Descubre y socialízate

Cuando tenemos una visión pesimista y negativa frente al mundo nos cuesta más relacionarnos y salir de nuestra zona de confort, por eso preferimos dejar de lado las relaciones sociales para centrarnos de lleno en nuestro problema.

Ese es un grave error, ya que relacionarnos con los demás, y compartir lo que nos desagrada o incómodo, nos hace sentirnos más enérgicos y motivados. Conocer gente nueva es algo positivo que, en la mayoría de los casos, nos aporta seguridad y nos descubre otras perspectivas del mundo. Socialízate y deja que los demás te contagien sus energías positivas.

4- Encuentra tu motivación

En ocasiones sentimos que nos falta algo con lo que sentirnos llenos y motivados, pero no sabemos descubrir cuál es esa carencia. Normalmente, ese sentimiento se debe a que no somos capaces de encontrar aquello que realmente nos gusta hacer y con lo que nos sentimos felices. Salir a pasear por la montaña, montar a caballo, practicar yoga o ocupar nuestro tiempo haciendo manualidades, pueden ser algunas de las pasiones que nos hacen sentirnos motivados, enérgicos y felices.

Por ese motivo, este último punto trata de hacerte buscar cuál es tu afición o qué es aquello que te hace sentir tan bien como para invertir todo tu tiempo libre en ello. Este paso es muy importante, ya que los seres humanos necesitamos sentirnos motivados a diario. Así pues, puedes coger una libreta y apuntar en una lista todas aquellas cosas que te gusta hacer y, cuando tengas tiempo libre o cuando creas que necesitas un extra de motivación, escoger una de ellas y disfrutar de lo que estás haciendo.