Los hay que opinan que no, pero la mayoría apuestan por el sí. Y es que hay una tendencia muy elevada a asociar los fritos, cualesquiera que sean, con un aumento del colesterol. Entonces, yo les pregunto: ¿qué alimentos conocéis que aporten colesterol? La mantequilla, los embutidos, la bollería, la carne... ¡exacto! Todos son productos de origen animal. Y es que el colesterol exógeno (el que proviene de la dieta) siempre es de origen animal. Y ni el aceite ni las patatas lo son.
Entonces... ¿por qué no son aconsejables los fritos? Podríamos pensar en muchos otros ejemplos de alimentos fritos de origen vegetal aparte de las patatas. Una berenjena rebozada, unas croquetas de setas, un calabacín enharinado y frito...
Cuando freímos, en el proceso de cocción, las grasas sufren una serie de cambios perjudiciales: ya sean olores extraños, pérdida de valor nutritivo o cambios en su composición química.
A elevadas temperaturas, los aceites se descomponen, formando sustancias tóxicas que pueden perjudicar al organismo. Además, se pueden generar grasas trans (o grasas vegetales hidrogenadas), responsables de provocar un aumento en los niveles de LDL (colesterol malo) y una disminución en los de HDL (colesterol bueno).
Por otra parte, si comparamos un mismo alimento, por ejemplo la patata, cocinada al vapor o frita, veremos que la frita tiene un porcentaje mucho más elevado en grasas y calorías, pudiendo favorecer la síntesis endógena de colesterol. Es por este motivo que se debe disminuir el consumo de alimentos fritos si queremos reducir los niveles de colesterol en sangre.
Siempre y cuando no haya problemas de Obesidad, hipercolesterolemia, diabetes, una dieta equilibrada contempla el consumo de un alimento frito a la semana, incluso dos si se trata de niños. Los pequeños necesitan un aporte algo más elevado de grasas saturadas que los adultos. No obstante, si comemos fritos aseguramos de que sean caseros. De esta manera podremos controlar los aceites utilizados y las temperaturas, parámetros que desconoceremos del todo, si consumimos fritos fuera de casa.
Algunos consejos para conseguir un «buen frito»
- Freír con aceite de oliva. La calidad de los aceites utilizados en los fritos es muy importante, ya que los alimentos absorben entre el 5-40% del aceite utilizado.
- No es recomendable mezclar diferentes aceites en el proceso de cocción. Cada uno tiene una temperatura idónea de cocción.
- Cubrir todo el alimento con el aceite.
- Evitar freír con aceite excesivamente caliente, pero también con aceite no suficientemente caliente, ya que de esta manera, el alimento absorbe más aceite.
- Colar el aceite utilizado para eliminar cualquier resto del alimento. Así, si el aceite no se nos ha quemado, lo podremos reutilizar un par de veces como máximo.