En cuestión de meses el Coronavirus ha puesto en jaque a la población mundial. Las normas de convivencia han virado en 180 grados y con ello la modalidad de los vínculos, del trabajo, del cuidado propio y de los demás. He aquí el remedio que llama a la empatía y a la solidaridad para detener a esta enfermedad: el distanciamiento social.

¿Cuál es la diferencia entre aislamiento, cuarentena y distanciamiento social?

Mientras que el aislamiento se aplica para aquellos casos en que el virus ha sido detectado, la cuarentena implica un aislamiento parcial durante los días que tarda en incubarse la enfermedad, si el posible contagiado ha viajado recientemente o ha entrado en contacto con un portador.

El distanciamiento social, sin embargo, depende de la voluntad propia de apartarse para evitar la disipación del virus independientemente de la sospecha de enfermedad. En algunos países como Francia e Italia, esta medida ya es obligada y en otros como Uruguay, está en cuestión. Ninguna de las tres es excluyente y la OMS llama a practicarlas de manera simultánea.

Aquellas poblaciones que están a solo días del caso cero, intentan mirar con ojos críticos a las que hicieron caso omiso de las advertencias y terminaron en colapso de sistema de salud y la economía en general. Sin embargo, no existe aún una conciencia global de la gravedad del asunto hasta que el problema está instalado y es allí donde radica la dificultad en visualizar el distanciamiento social como una solución real para aplanar la curva del ciclo del Coronavirus.

Eficacia del distanciamiento social

El concepto clave de este método es que cuanto menor sea el número de personas en circulación, menor es la posibilidad de que el virus pueda propagarse. Esto le da tiempo al sistema de salud de reabastecerse de recursos, tanto humanos como materiales y liberar espacios para nuevos enfermos de manera de poder atender todos los casos.

El distanciamiento es vital para ayudar a la contención y es una obligación cívica que habla de solidaridad y de pensar en el principal objetivo, que es evitar la muerte de las personas mayores y demás grupos de riesgo” ha dicho el infectólogo Tomás Orduna, jefe del de Medicina tropical y medicina del viajero en hospital de infecciosas F.

J. Muñiz de Buenos Aires.

¿Por qué la importancia de la empatía y la solidaridad?

Ser empáticos y solidarios es importante porque requiere verse como sujeto posible de ser portador capaz de transmitir el virus e implica pensar en el bienestar de los más vulnerables antes que en el propio. Ser solidario significa postergar actividades o proyectos propios en pos de la sanidad general y para la población de menor riesgo implica cuidarse como si el riesgo fuese igual de mortal que para los más vulnerables.

¿Cómo practicar el distanciamiento social?

Quedarse en casa y disminuyendo las salidas a casos de extrema necesidad es el primer paso. Si se debe salir al mercado, farmacias o servicios, es recomendable que lo haga una sola persona del núcleo familiar.

Tampoco se debe hacer abuso de servicios de emergencia y de salud en general. Dentro del hogar, es importante ventilar los espacios, higienizar las superficies, lavarse las manos, mantenerse informado y mantener o crear nuevas rutinas que ayuden a sobrellevar el aislamiento por coronavirus de manera más productiva.