La renuncia por parte del Partido Socialista y de Unidas Podemos al puesto de la vicepresidencia primera del Congreso de los Diputados sería una jugada, por parte de ambos partidos de ideología de izquierda, para poder dejar fuera de la Mesa del susodicho Congreso al partido de ultraderecha, VOX. El objetivo es lograr conformar una Mesa del Congreso sin la presencia de algún miembro del partido liderado por Santiago Abascal.

La Mesa del Congreso será fundamental para el futuro gobierno de coalición entre UP y PSOE

Con ese objetivo, tanto el Partido Socialista como Unidas Podemos estarían buscado los apoyos necesarios entre las fuerzas políticas que tienen representación dentro de la Cámara Baja con el inicio de la XIV legislatura en mente, teniendo como fecha límite para lograrlo el próximo martes, cuando tendrán que constituirse las Cortes Generales.

El control de la Mesa es fundamental, ya que, se ocupa de dirigir el buen funcionamiento del Congreso de los Diputados, de establecer el orden durante los debates o como será el calendario que se seguirá para la tramitación de las iniciativas presentadas a nivel legislativo. Por esa razón, la Mesa será clave en un gobierno en coalición entre morados y socialistas, que estarán gobernando en clara minoría.

En el mes de abril ya evitaron su entrada, pero VOX tenía casi la mitad de escaños que ahora

Ya, tras las elecciones del pasado mes de abril, se logró que el partido liderado por Santiago Abascal quedase fuera, aunque en ese momento tenía 24 diputados y no 52 como es ahora, cifra que era insuficiente para poder optar a alguno de los nueve puestos que están en juego dentro del mencionado órgano.

Pero, ahora mismo, el escenario es muy diferentes y todas las partes son conscientes de ello.

El pasado 10 de noviembre, VOX logró una cantidad de votos cercana a los 3,7 millones de votos y un total de 52 diputados, un resultado con el que tendría derecho a un total de dos puestos en la Mesa si cada partido decide votar a sus propios candidatos durante la sesión de constitución de la misma.

Pero, por suerte o por desgracia, la realidad suele ser muy diferente a ello.

Lo más habitual es que el partido que tiene aspiraciones a conformar un gobierno busque una serie de acuerdos que le permitan asegurarse el control del mayor número de asientos posibles, con el objetivo de forjar una mayoría que le haga más fácil el día a día en el Parlamento.

Teniendo en cuenta el preacuerdo firmado, lo más lógico es que UP y PSOE quieran reservarse cinco puestos, incluyendo la Vicepresidencia (aunque esta estaría en el aire si logran que VOX quede fuera de la Mesa y se lo entregarían a sus socios).