Hacia tiempo que Donald Trump no soltaba una ocurrencia de las suyas. En esta ocasión, el actual presidente de los Estados Unidos ha señalado que estaría interesado en comprar Groenlandia.
Según ha publicado el diario The Wall Street Journal, el actual presidente de los Estados Unidos estaría muy interesado en los recursos naturales, de gran valor, que hay en la isla. Se trata de una región autónoma que pertenece a Dinamarca y que ha llamado mucho la atención del político y empresario.
Los políticos daneses ya han advertido de que Groenlandia "no está en venta".
Donald Trump siempre ha alardeado de su éxito como empresario en el mundo de las inversiones inmobiliarias
El mencionado medio de comunicación asegura que el presidente habría mencionado en varias ocasiones y a varios miembros de su equipo, con distintos grados de seriedad, su gran interés en que EEUU consiga adquirir dicho territorio de ultramar. Groenlandia es una gran isla que forma parte del europeo Reino de Dinamarca, pero que tiene completa autonomía.
El presidente, que siempre ha alardeado de su capacidad empresarial como propietario de compañías del sector de las inversiones inmobiliarias, estaría muy interesado en ampliar los dominios de su país comprando la que está considera como la isla más grande del mundo, un enorme territorio entre los océanos Atlántico y Ártico con una superficie casi completamente cubierta por hielo y con una población que no llega a los 56.000 habitantes.
Pero Donald Trump se ha fijado en la isla por una razón muy concreta: es muy rica en recursos naturales y tiene una posición geográfica muy estratégica.
El equipo de asistentes del presidente estaría estudiando las posibilidades legales de comprar la isla más grande del mundo
La primera vez que Donald Trump quiso mostrar su interés por hacerse con esta isla, según publica el periódico The New York Times, fue en el trascurso de una reunión con su equipo en el famoso Despacho Oval de la Casa Blanca durante la primavera del año pasado.
Desde entonces, ha tratado este hecho en varias ocasiones e, incluso, habría consultado a sus asistentes las posibilidades reales de poder adquirir el territorio desde un punto de vista legal. A pesar del escepticismo inicial, sus asesores habrían decidido estudiar las vías para comprar un territorio que pertenece al Reino de Dinamarca.
No sería la primera vez que Estados Unidos adquiere terrenos a través de una compraventa. En el año 1803 compró el territorio de Luisiana a Francia por una cantidad de 15 millones de dólares, y 84 años después pagó 7,2 millones de dólares a Rusia por la región de Alaska. En el año 1917, le compró a Dinamarca las islas de las Indias Occidentales por valor de 25 millones.