El Gobierno regional de Cataluña (Generalitat) ha cifrado en 844 las personas heridas durante la jornada electoral en Cataluña, producto de enfrentamientos entre civiles y funcionarios de la Guardia alrededor de los centros de votación.

Heridas con balas de goma, ahogo por gases lacrimógenos y ataques de ansiedad han sido las lesiones comunes atendidas por el Sistema de Emergencias Médicas de la Generalitat (SEM). Los casos de mayor gravedad fueron dos hombres: uno impactado por una bala de goma en el ojo y otro quien sufrió un infarto mientras era desalojado de un colegio electoral.

Asimismo, 33 agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil fueron agredidos mientras intentaban ingresar a los centros para requisar las urnas, de acuerdo con lo informado por el Ministerio del Interior.

El referéndum secesionista ―declarado ilegal por el Tribunal Constitucional― fue convocado por Carles Puigdemont, quien desafió la orden del Ejecutivo nacional y apostó por realizar la consulta regional a pesar de la intervención estatal. La Policía Autonómica (Mossos d´ Esquadra) ignoró la orden emitida por Tribunal Superior de Justicia de Cataluña de impedir la instalación y apertura de los colegios electorales, cumpliendo solo labores de patrullaje alrededor de los mismos.

Esto obligó a la Policía Nacional y a la Guardia Civil a asumir las labores represivas contra los ciudadanos, dando lugar a auténticas batallas campales.

El centro de Sant Julià de Ramis (Girona) fue uno de los más atacados, donde los guardias arremetieron contra más de un centenar de personas y lograron requisar las urnas. En otros centros como el Instituto de Educación Secundaria Jaume Balmes de Barcelona; la escuela Mediterrània, en la Barceloneta, o el colegio Prosperitat, en Nou Barris también se registraron fuertes choques entre los cuerpos de seguridad y la ciudadanía para impedir la elección.

Rajoy: “Hemos actuado solo con la ley”

El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, explicó que no hubo referéndum sino “una mera escenificación” y responsabilizó a Puigdemont por los enfrentamientos entre civiles catalanes y efectivos, aclarando que la Policía Nacional y la Guardia Civil ejecutó un “ataque premeditado y consciente”, actuando acorde a lo que dicta la ley y cumpliendo con su obligación.

Del mismo modo, Rajoy abrió las puertas a un diálogo político nacional para debatir las consecuencias de la jornada, aclarando que comparecerá en el Congreso de los Diputados para afrontar el desafío independentista con todos los partidos de representación parlamentaria. Para Rajoy, lo importante es que el Estado democrático demostró estar “preparado” para afrontar amenazas tan serias como el referéndum ilegal, y exhortó a sus organizadores a desistir de “un camino que no lleva a ninguna parte”.

La actuación de las fuerzas de seguridad, el papel de los Mossos y el uso de balas de goma (prohibido desde 2014) serán parte de los temas a analizar en el Congreso, en donde nuevamente quedarán expuestas las heridas de una histórica jornada que ha dejado clara la magnitud de la coyuntura política española, en una crisis que pareciera no tener fin, al menos a mediano plazo.

Resultado final: Abrumador triunfo del “Sí”

Según datos difundidos por el “conceller” Jordi Turull, con el 100% de las actas escrutadas, el “Sí” ha obtenido 2.020.144 votos (89,3%), por solo 176.566 del 'No' (7,8%). 45.586 se contabilizaron en blanco (2%) y hubo 20.129 votos nulos (0,9%).

En total votaron 2.262.424 personas, equivalentes al 42,6% del electorado. Los resultados no incluyen los votos de las urnas requisadas por la Policía Nacional y la Guardia Civil. Al respecto, Turull enfatizó que en condiciones normales “fácilmente se podría haber llegado al 55% de participación".

A pesar de las circunstancias excepcionales los partidarios de la independencia catalana dejaron claro su poder de movilización. Ahora queda en vilo el futuro del estado y del país, para ver si finalmente los resultados de la elección considerada ilegal tendrán un efecto más que simbólico.