El Twitter del mandatario ecuatoriano Rafael Correa amaneció lleno de fans y opositores que entre risas y carcajadas constatan que el reto ha sido aceptado y que se producirá un debate con el candidato Dalo Bucaram. Este candidato se halla en los últimos lugares en las encuestas electorales, Dalo Bucaram está participando electoralmente para presidente de la República del Ecuador. Hasta aquí todo correcto por el sí del mandatario del Ecuador, aunque por demás extraño el asentimiento, por cuanto a Rafael Correa se lo considera una figura política de élite mundial, recientemente acaba de ser nombrado en la ONU.

Como presidente del grupo llamado de los "77 + China". Ha sido recibido como una figura de izquierda con honores hasta por gobiernos y países de derecha.

En cambio, Dalo Bucaram es hijo de un ex presidente del Ecuador que fue defenestrado por el Congreso de ese país que determinó que el presidente estaba "loco". La historia cuenta que el presidente Abdalá Bucaram huyó a Panamá, país desde el cual combate y cree combatir contra los políticos que le dieron el golpe de estado. El mismo tuvo la culpa puesto que se declaraba loco en cada discurso o concentración política en la cual participaba, como ejemplo: repartía dinero a manos llenas a las filas de mendigos que concurrían a sus mitines. O se quedaba en torso desnudo cantando canciones del grupo Los Iracundos.

Desafió al Embajador americano a jugarse la deuda externa en un partido de básquet 1 versus 1.

Dalo Bucaram ahora tiene una campaña muy alegre puesto que canta y baila con su esposa animadora de televisión en sus mítines. Pero ahora el pueblo que acompañó a su padre parece que ha evolucionado políticamente hablando y prefiere, según las encuestas, a personajes más serios y conocedores de la Economía Política.

Este personaje reta a puñetazos a sus contrincantes y opositores, claro todo por tratar de captar la atención mediática. Rafael Correa, en vista de lo expuesto y por los antecedentes tragicómicos del retador en un alarde de humorismo, ha aceptado el tan esperado reto, pero he ahí lo particular del asunto: ha delegado a su perro Segismundo.

"Dalito en su vanidad cree que sólo tuiteo sobre él, me acaba de invitar a debatir si continúa el mandatario en su Twitter, delego a Segismundo aunque me temo que sería demasiado". Así finaliza el tuit presidencial con la foto del perro Segismundo.