En su artículo, publicado hoy en el periódico alemán "Frankfurter Allgemeine Zeitung", John Kornblum subraya la importancia de la futura colaboración y solidaridad entre América y Europa, y en particular es un alegato a favor del papel que él quisiera confiar a Alemania, muy en el sentido del presidente Obama y su política exterior. Cabe puntualizar quizás que él no se refiere explícitamente a la Unión Europea, sino más bien a una comunidad europea desde el punto de vista geopolítico, en la que Alemania y la canciller Merkel tienen la oportunidad de cambiar el vocabulario político.
Los asuntos del euro, de los refugiados y del medio ambiente necesitan nuevas estrategias y sistemas, en las cuales un comportamiento en el sentido de una superpotencia sería obsoleto. Kornblum intenta ayudar a la República Federal con la autodefinición sugiriendo cuidadosamente sustituir la palabra "liderazgo" con "responsabilidad". Es cierto que tanto Alemania como sus aliados después de la Segunda Guerra Mundial han tenido miedo de este término con referencia a la República Federal y han preferido evitarlo hasta ahora.
Según el antiguo embajador de EEUU, el mundo entero ve a Alemania como (el único) contrapeso para oponerse al populismo de Trump. Anotamos: con Ángela Merkel en frente. Alemania necesita un autoestima más fuerte, después de haber intentado ser "normal" durante 70 años, para asumir la responsabilidad que le corresponde, debería convertirse en un nodal estratégico que integra un nuevo tipo de política, de seguridad y economía, un vínculo para redes de información y logística, que une "la masa terrestre de Eurasia" y América del Norte.
Nadie puede permitirse perder la oportunidad de un nuevo consenso transatlántico.
Ha llegado el tiempo en el que los partidos políticos "pierden importancia, y la influencia del patriotismo local incrementa", en el que los datos son el activo más valioso. Trump va a necesitar Europa con su sistema social y su enfoque en la esfera privada.
Europa sabría ofrecer la fundación social para manejar las consecuencias que la era digital y las nuevas tecnologías inevitablemente traen consigo y para las que la sociedad americana no está preparada. Porque no es suficiente ver la política como un deal, como business, tal como hasta ahora ha insistido en proclamar Trump.
Kornblum cita al Premio Nobel Robert Shiller con referencia a la futura política del presidente electo: "Los empresarios usarán los beneficios fiscales para emplear robots y ordenadores, de modo que más puestos de trabajo serán destruidos."
En este sentido, no está justificado hablar sobre el fin del Oeste, la consolidación de la Unión Europea ya está fuera de lugar. Las soluciones deben ser transatlánticas, basándose en conceptos europeos.