Una de las películas de animación más esperadas tanto del 2018 como en el 2019 en occidente, Dragon Ball Super ya se estrenó en Argentina, y a continuación se relatará una breve reseña sin spoilers.
La primera impresión que genera el ver la película es una calidad visual sin igual. Como se esperaba por los tráilers, la calidad de diseño de personajes y animación, acompañado de una fluidez sin igual, entregan al espectador un placer visual nunca antes visto en películas de Dragon Ball. En este punto se nota que no hubo mezquindad a la hora de imponer calidad visual, y es ciertamente una deuda de Toei Animation con los fans desde esos nefastos episodios de Dragon ball super.
Lo mejor, la animación y la música
Respecto al argumento, la película realmente no tiene misterio alguno, cualquier espectador casual o incluso un fan no tan acérrimo a la serie puede adivinar lo que sucederá gracias a los tráilers. Sin embargo, hubo una cohesión de distintos puntos de la historia que se complementaron para poder despegar la trama de la historia, y esa cohesión es lo que siempre faltó en las películas de la franquicia. Eso convierte a Dragon Ball Super Broly en la mejor película de la saga, y el uno film que realmente funciona como tal, ya que tiene un inicio, desarrollo y una conclusión finamente diagramadas para la ejecución de la trama.
En la primera mitad de la película se puede apreciar realmente una introducción histórica, hilando y recuperando recursos perdidos de la saga y dándole un interesante y fresco nuevo significado, pero lo que sin duda está buscando el fan es lo que se puede ver en la segunda mitad, que son un festival de puñetazos, golpes y rayos de poder gráfica expuestos en su máxima expresión, rememorando los mejores momentos de la franquicia.
Los más de cuarenta y cinco minutos de batalla pura y sin diálogos son atrapantes y extasiantes al extremo de perder la noción del tiempo respecto a lo entretenido que es.
Lo peor, el argumento no tan trabajado
Por otro lado lo quizás más criticable, es la introducción, el humor en momentos innecesarios, ya que frecuentemente cuando las escenas tienen una tensión importante, se intercala con humor para no perder la atención de los más chicos.
Respecto a la trama, no resiste demasiado análisis ya que todos los hechos más allá de el recorrido histórico de la serie que se hace en un comienzo, son pura y exclusivamente para el funcionamiento de este film, y aunque se conecta directamente con la trama introduciendo personajes reciclados como Broly, esto no se trató con tanta pericia como podría uno esperar.
Sin embargo, la última película de Dragon Ball es mucho más que la suma de sus partes, siendo un festival visual y auditivo, excelentemente musicalizado, con animación de una calidad inusitada hasta la fecha, y con un nivel de guión de acción totalmente atragante y para nada aburrido. Puede que la película ya se encuentra filtrada en Internet, pero de todas maneras merece totalmente ser vista en cines, con un ambiente y sonido dignos de la misma, como un acontecimiento sin precedentes para fanáticos de la saga.