Los venezolanos que vivían en un país tan próspero como Venezuela, ni en sus más horribles pesadillas, imaginaron caminar tanto, a algunos les ha tocado migrar a pie. Son días enteros caminando, de día y de noche para llegar lo más pronto posible al destino.

Migración a pie, un verdadero calvario

Con sus maletas a cuestas, sus sueños y esperanzas, caminan a Colombia con destino a Perú, Ecuador o Chile. Los que han migrados se han gastado todos los ahorros de su vida en esta odisea que emprendieron, en busca de un futuro mejor para ellos y sus familias.

Muchos de las personas que están migrando a pie, son profesionales, el salario que reciban en Venezuela no les alcanzaba para desplazarse hacia su trabajo, mucho menos cubrir sus necesidades básicas propias y la de su grupo familiar. El motivo por el cual dejaron atrás o renunciaron a sus empleos, es porque el salario, de todo el mes, no les alcanzaba para nada. La crisis social, económica y política, el desabastecimiento de alimentos y medicinas, la inseguridad, los han hecho huir despavoridos de Venezuela.

El régimen de Maduro ha colocado a muchos venezolanos en el dilema de escoger entre estar unidos como familia o migrar algún miembro para ayudar al resto, a cuenta de su sacrificio.

De Venezuela hacia Perú o Ecuador

Para trasladarse de Venezuela hasta llegar a Bucaramanga o Cúcuta (Colombia) y de allí seguir a otros países, como Perú o Ecuador, se debe atravesar una zona muy dura debido al clima, es el páramo de Berlín, corregimiento de Tona (Santander), zona que presenta temperaturas muy frías, inclusive bajo cero.

En Venezuela el clima es templado o cálido y los habitantes no están acostumbrados y no llevan la vestimenta adecuada para temperaturas bajo cero, y corren el riesgo de presentar hipotermia e incluso de morir por esta causa. En el páramo de Berlín, que está a más de 3.000 metros de altura, no hay instituciones que presten ayuda a los migrantes, solos los habitantes de Colombia solidarios, o algún soldado que con algo de ropa o comida ayudan a los caminantes en esta odisea.

Por otro lado, se habla de fallecidos en estas travesías por el páramo, pero las autoridades no los registran. Los campesinos de la zona hablan de una mujer embarazada que murió en el páramo debido a la hipotermia. Emigrar por tierra y a pie, se ha convertido en la vía de escape de muchos, una salida extrema a la crisis que se vive en Venezuela.

Solidaridad entre países hermanos

Familias colombianas ayudan de alguna manera a los venezolanos, que en virtud de la grave situación que cada día se torna insoportable por las medidas que toma el régimen de Maduro, deciden migrar y lo hacen a pie ya que no tienen dinero.

Otros les dan trabajos temporales y con el dinero que devengan por sus servicios, este le ayuda ser menos dolorosa y traumática la migración a pie.

A veces camioneros o particulares les ofrecen llevarlos un poco más adelante. Algunos se quedan en Colombia otros siguen hacia Perú.

Este viaje puede durar hasta un mes caminando por las orillas de las carreteras hasta llegar a la frontera de Colombia con Ecuador (Rumichaca), si deciden seguir a Ecuador. En su trayecto, a veces reciben ayuda humanitaria de la Cruz Roja como comida, agua, algunas mantas y les curan las heridas en los pies por tanto caminar. Policías colombianos ayudan a venezolanos que están emigrando a través de Colombia, caminando hacia otros países del Sur. Ellos le entregan comida para calmar un poco el hambre, por tener estos caminantes días sin comer y aprovechan para descansar y reponerse un poco de la agotamiento extenuante que ocasiona el viaje a pie.