De cuando España jugaba al Fútbol. De eso se ha hablado estos días. Y no porque los españoles añoremos el pasado, que también. Más bien se ha hablado de épocas pasadas porque aspirábamos a hablar de fútbol estos días y no hemos tenido suerte con nuestro equipo; ni fútbol por aquí, ni fútbol por allá.

La consecuencia, España eliminada del Mundial ante una selección que, en principio, no debía suponer ningún problema.

Los jugadores que no jugaban

Un Mundial siempre es un buen momento para presumir de país, de jugadores y sobre todo, de fútbol. Y presumir no hemos podido.

Un De Gea que jugaba un fútbol de futbolín, inmóvil en la portería, encajando goles que, para un portero de su nivel, son imperdonables; otros jugadores que se han olvidado que su función era defender, y no presionar. Porque está muy bien presionar y recuperar balones, siempre y cuando también lo hagas en el área, y los despejes como buen defensa. Pues eso, de Piqué ni hablamos. Porque parecía que podía funcionar la defensa de siempre, como si Ramos y Piqué fueran inmortales; pues fallaron. En el centro del campo, Lopetegui había convocado estrellas que prometían deslumbrar. Y Hierro también ha apostado por ellos. Los nervios. Habrán sido los nervios. Porque del juego que han demostrado, ni hablamos.

Hay jugadores que estaban en baja forma, y ni siquiera han hecho el esfuerzo de intentarlo, ni de estar 90 minutos concentrados.

No todos lo han hecho mal, pero el conjunto ha dejado mucho que desear. Han ganado sufriendo con selecciones a las que se podía ganar mostrando un buen juego. Dejando a la afición anonadada. Y anonadada la han dejado, juzguen ustedes si ha sido por su buen juego.

Cabeza alta, pero sin orgullo

Ahora solo queda aceptar la derrota, mantener la confianza en una selección que, esperemos, esté renovada para los próximos partidos que tengan que jugar. Pero no hay que engañarse, no hemos perdido porque los otros fueran mejores, como Portugal, o Irán, o no solo; hemos perdido porque han ido a un Mundial como quién va a un amistoso.

Han ido a probar. Y así ha salido, con las ideas de Hierro, el fantasma de Lopetegui, el estilo de jugadores muy distintos entre sí, y ninguna cohesión. Ningún espíritu de equipo. Ningún juego.

Cabeza alta. De cuando España jugaba al fútbol, sí. De poder decir que fuimos una selección que ganó un Mundial. Pero no queda mucho más de lo que presumir. Porque hemos perdido en la tanda de penaltis, porque una campeona no puede permitirse tener que llegar a eso. Porque si la afición es exigente, más deben serlo ellos.

Hay que aprender de ésta. De que no se puede quitar un seleccionador a dos días de empezar un Mundial, pero tampoco se puede mantener un equipo anticuado. Unos jugadores que lo han ganado todo, y que no tienen ninguna aspiración.

Cabeza alta sí, pero para seguir de frente, para olvidar esto, pero no para estar orgullosos.

Renovación ya

Y escuchen a la afición. Se necesita un equipo nuevo, joven, y con carácter. Dejaros de estrellas pasadas, dejaros de gente con un mundial a su espalda. No es su momento. Que se puede ir a un Mundial sin tener que acordarse de lo que se hizo hace 10 años. De cuando Piqué, Iniesta, Ramos, Torres... jugaban al fútbol; porque también Isco, Koke... saben hacerlo.