La cúrcuma es una planta de la familia de las Zingiberáceas parecida al cardamomo y al jengibre, característico por su color amarillo intenso y su sabor amargo. Posee un gran valor por su utilidad como colorante y condimentos en los alimentos tales como: arroz, carnes, salsas, entre otros. De origen Asiático especialmente de la India nos degusta en la gastronomía y en la medicina.
¿Cómo es conocida y cuales son sus beneficios?
También es conocida como palillo, azafrán cimarrón, jengibrillo, oro indio y yuquilla. Con una extensa aplicación desde la antigüedad en la medicina tradicional china e india.
Se le han atribuido beneficios medicinales por sus virtudes, antioxidantes, antiinflamatorias, digestivas, hipolipemiantes, antiulcerosas, cardioprotectoras, antimural y desintoxicante a nivel del hígado.
Propiedades medicinales de la cúrcuma
Se le atribuye como principal beneficio, su acción antitumoral en el hígado, corazón, sistema digestivo, sistema inmunitario y en la piel. Por ello, su consumo en la dieta diaria, incrementa las defensas de nuestro organismo ante esta posible condición de salud, como acción preventiva, se relaciona desde la antigüedad la ausencia de estas patologías, con el consumo de la cúrcuma en las poblaciones asiáticas.
A nivel de aparato digestivo: ayuda en el proceso de la digestión, mejorando distensión abdominal, gases, diarreas provocadas por procesos alérgicos o intoxicación, en el proceso de restauración de tejido dañado por ulceras estomacales, procesos inflamatorios intestinales o estomacales como gastritis, gastroenteritis, pancreatitis y colon irritable.
Otro de los beneficios aportados por la cúrcuma es la pérdida de peso, por su capacidad de metabolización de las grasas, estas últimas al ser metabolizadas sin dificultad son eliminadas mediante las heces. Por consiguiente, es un elemento a emplear en nuestras rutinas de alimentación con propósito de alinear nuestro organismo de manera saludable y de gran provecho al prescindir de esa gordura que queremos eliminar.
Se afianza como elemento restaurador de las células hepáticas, además de su actividad protectora ante el hígado. En la actualidad se sugiere su tratamiento ante alteraciones hepatobiliares, hepatitis leve, cirrosis, piedras en la vesícula o problemas en la vesícula biliar.
Al mismo tiempo la curcuma es empleada como antiinflamatorio, ante la condición de padecer una persona de reumatismo, tanto en las artrosis como en la artritis sin provocar efectos secundarios como lesiones en la mucosa gástrica, reduce los niveles de histamina y proporciona de esta manera la eliminación de los materiales de deshecho. Por estas razones, aunado a las mejoras en el estado de ánimo y en la memoria de los individuos, es necesario en nuestra alimentación incluir esta especie de gran beneficio corporal.