Cuando leemos la frase historia de superación, posiblemente nos imaginemos una vida sacrificada, que empieza en la calamidad y termina o al menos llega a un punto donde se alcanza el éxito. Aunque casi siempre sucede así, no todas las historias de superación están relacionadas con la vida profesional y con alcanzar un nivel económico superior, las historias de superación que para mí son las más trascendentales, tienden a ser esas que nutren el alma y que además dan la oportunidad de cambiar la perspectiva de vida.

El comienzo

Es aquí donde entra a jugar su papel una de las mayores problemáticas familiares, es simplemente el hecho de lo que popularmente se conoce como hacerle caso a los padres u oír lo que dice tu madre , porque ellos han vivido más , y por lo tanto tienen la razón. Sobre esto hay muchos peros y contras, pero sin embargo yo considero que estas frases cuentan con toda veracidad. Después que leas esta pequeña historia, te contaré las particularidades con que estas frases cuentan.

La adolescencia es el periodo donde el mundo te parece diminuto y donde el joven adolescente cree poder con todo lo que le rodea, sin dudas, la adolescencia es el periodo más difícil de la vida y el que más está relacionado con la formación de la personalidad.

En esta etapa los padres son un estorbo visual, son la molestia permanente de la que inevitablemente uno no se puede despegar. Es entonces en estos momentos de la vida cuando ella te enseña, cuando te demuestra de lo que realmente estás hecho y hasta donde puedes llegar.

Una joven adolescente conoció a la persona equivocada, se hizo novia de la persona errónea y bajo ese castigo vivió mucho tiempo. Por otro lado la madre siempre supo desde el mismo inicio que su elección era la peor y que iba a llevar consigo un bulto de por vida. Pero la adolescencia es así de testaruda e impositiva, y la joven nunca oyó a su madre, solo la retó con el fin de demostrarle que estaba equivocada. El tiempo pasó y las cosas se pusieron tal y como la madre de la muchacha advirtió, un hombre inseguro, ladrón, maldito que estaba acabando con la vida e integridad de una joven que a sus 18 años todavía era una niña.

Aún así la muchacha aunque consiente del aullido de su madre, nunca dio su brazo a torcer y la relación madre hija se volvió tensa y se hizo un reto, que nunca debió existir. Una madre envuelta en furor, que fue incluso hasta capaz de botar su hija de su casa, de levantarle un tanto la mano y de advertirle a gritos y sin dejar vivir a su hija su propia historia que estaba en el camino equivocado.

El resultado

La joven dejó pasar los Consejos, quería ser capaz ella misma de enderezar una relación que sin lugar a dudas no tenía ningún tipo de orden, ella estaba segura un tanto de que esa relación basada en los celos, en las discusiones familiares y las regalarías de un cariño falso no iba a llegar muy lejos, pues de a poco se daba cuenta que su madre tenía la razón, pero le era muy difícil aceptarlo y reconocerlo.

Es entonces cuando ella decide por si misma separase de ese hombre que lo único que le había causado era daño y un poco de amor a cambio de mucho sacrificio. Pero su solución no sería tan fácil y sobreponerse a ella misma le costaría tiempo y dolor. El novio no aceptó bajo ningún concepto la separación y fue aquí donde la vida de esta joven se complicaría al punto de las amenazas, los golpes en públicos, los golpes en cuartos y hacer el amor sin deseos y bajo obligaciones. Los celos del joven aumentaron, se hizo insoportable dar explicaciones hasta por beber agua, pero aun así ella escondía todo esto de su madre y fingía una relación que en realidad no tenía. Entonces el tiempo pasó, la relación empeoró y la madre insistía, hasta que un día las maliciosas acciones del joven relucieron y al fin la madre tuvo pruebas contundentes para botar con sus propias manos al muchacho de su casa.

La hija quedó estupefacta por el gran engaño de su novio, envuelto en robo e involucrándola a ella, la madre entonces puso fin a lo que ella intentó hacer hace algún tiempo por sí misma, con tal de no darle la razón a su madre, jugándole esta una mala pasada. En ese momento cuando el evento de la ruptura fue desagradable, la joven quedó en silencio y sonrió por dentro, se quitó de arriba un peso con el cual no podía su cuerpo, entonces su llanto fue de felicidad y de arrepentimiento por haber hecho sufrir al verdadero amor de su vida.

Muchas personas a su alrededor conocían la fraudulenta relación, la joven todavía sufre por un noviazgo tan perjudicial. La vida le enseñó demasiado una solo vez, todo lo malo vino junto en mismo paquete, que le mostró el riesgo de equivocarse y el de no oír a su madre.

Tardó 1 año en volver a besar a otro joven, tardó 2 años en intentar tener otra relación y demoró 5 años en enamorarse, ella se superó a sí misma, supo despejarse del dolor y aprendió a escuchar, a valorar.

Es aquí cuando la reflexión se hace urgente: la importancia de oír a las madres, la importancia que tiene a su vez aprender a discernir. Pues ella aprendió que la importancia de escuchar, así como su madre aprendió, creció como madre y persona, pues de nada sirve imponer. Porque cada quién hace su camino, hace su propia historia, lo mejor de todo es que la vida es un camino con muchos tropiezos que solo los fuertes pueden superar. Por eso hoy yo me considero entre las valientes por haber sido la protagonista de la historia.