oJamás te habías percatado de que el tiempo fuera tan largo hasta el gran acontecimiento. Finalmente conociste al chico de tus sueños, hablan, se ríen y se la pasan muy bien, y lo mejor de todo, te ha pedido tu número de teléfono, lo malo es que ya ha pasado más de una semana y no te ha llamado. Piensas ¿lo habrá perdido?, ¿le habrá dado amnesia? O ¿Qué le paso? Es muy guapo, simpático, agradable y lo mejor de todo, lo conquistaste tú y nadie más que tú. Cuando se despidieron, él dijo la frase mágica que abre corazones: “Yo te llamo”, solo que ya han pasado varios días y por más que has estado celosamente pendiente del teléfono, no ha llamado para nada.
Por otra parte, quien sabe que sea peor; lo conociste, te llamo al poco tiempo y quedaron de salir. El llegó puntualmente y se lo pasaron súper bien, fue muy atento, agradable y sobretodo, comprobaste que tu primera impresión era totalmente cierta; el hombre es guapo y obvio ya te llama la atención. Tú juras que te lo pasaste increíble y que seguramente a él le paso lo mismo, solo que después de ese gran día ya no volvió a llamarte. Triste, pero cierto. Muchas mujeres, si no es que todas, somos víctimas de la llamada que nunca llega, pero ¿a qué se debe este fenómeno sobrenatural que ataca a los hombres? Te autoculpas y crees que lo aburriste o te tratas de convencer que seguro tiene novia o que fue el alcohol lo que lo motivo a estar contigo.
En fin, lo que si ocurre es que tu imaginación vuela tratando de encontrar una explicación para tan angustiosa situación.
Con el fin de hallar una respuesta, te mostramos testimonios verídicos que sirven para clasificar a esa clase de chicos.
Los hombres inseguros
Existen dos clases de inseguros: Los peores son los que quieren quedar bien con sus amigos.
Resulta que conoces al chico sin percatarte de que todos sus amigos los observan sigilosamente. Él te pide el número de teléfono y de verdad que tiene toda la intensión de llamarte, hasta que, de vuelta con ellos, se le ocurre comentar el punto. Si sus apreciables amistades te desaprueban, ya no va al caso que te busque, obviamente al no contar con su valiosa aprobación, desertara.
La segunda clase en verdad que es toda una pena. Ya sea porque su autoestima está en el suelo, o bien porque la vida los ha tratado muy mal en cuanto a sus anteriores experiencias y prefiere retirarse sin siquiera haber participado en la batalla, solo se conforman con cuidar los pocos restos de dignidad que les dejaron y mejor no arriesgan.
Los más lindos
Afrontémoslo, el interés tiene pies. Quien quiere, puede. Si algo te interesa de verdad, luchas por conseguirlo, así que este grupo de sujetos luchadores existe, aunque para ser sinceras son los menos, pero una vez que tienen tu teléfono y te contactan, ten por seguro que harán lo posible y, por qué no, lo imposible también, por ya no dejarte ir a menos de que, efectivamente, sí que los espantes y no les quede de otra más que replegarse dignamente.