A través de una comedia, el personaje principal Amanda (Mariana Treviño), formula ciertas concepciones prácticas para quienes se encuentran perdidas en aquel laberinto de las relaciones problemáticas.
Como terapeuta cumple con su gran labor, liberar a las mujeres de aquellas parejas que en palabras de Walter Riso se las reconoce como “tóxicas”. La tarea no es fácil ya que cuando se enfrenta el “apendenamoramiento”, palabra que incluso para Chomsky sería difícil definir, pero que Amanda explica es un nivel superior al apego, que inicia con un sí.
Esa afirmación que consiente a la pareja incluso por encima de las creencias o gustos personales. Para sacar a las mujeres de esta impetuosa tormenta.
Amanda sugiere algunas ideologías, reglas y premis
Primero hay que entender quién es un patán, el otro protagonista de la pareja. Esa palabra es usada para señalar a los hombres que:
- No saben lo que quieren pero saben lo que no quieren, es decir no les gusta ni mencionar todo lo que involucre compromiso. Hijos, fidelidad, matrimonio, compartir su mundo, como amigos, familia, etc.
- Oportunistas al no desaprovechar ninguna conquista cuando del sexo opuesto se trata.
- No escuchan, ni entienden, a la pareja.
- Egoísta, narcisista y machista, clásica característica del hombre latino.
- Suelen bajar la autoestima para luego decir adiós.
Estas características no son nada atrayentes, sin embargo, hay muchas mujeres con hombres así.
Pero, ¿por qué? Hay muchas respuestas. Amanda dice que es porque las mujeres buscan “amores de ratonera; sabes que vas a morir pero no puedes evitar comerte el queso”.
Esto, más otros factores como el miedo a la soledad, la inseguridad en uno mismo, la superficialidad de los ojos y de los oídos que crea una ficción del amor.
O la creencia de que los “buenos prospectos” están casados o no son heterosexuales, lleva al conformismo o idealización de aquel hombre que aparece como perfecto. El tiempo va destruyendo la máscara y la frustración nace.
Reglas de reconocimiento de estos patanes y tips que logran el olvido
- “El que de la familia se esconde o se aleja, solo te hace pendeja” uno de los indicadores de que una relación pasa a un nivel más serio es cuando se conoce a la familia. Es por ello que este tipo de hombres evita por completo este paso.
- Para la rehabilitación amorosa se requiere lo siguiente: “si de tu vida lo vas a sacar, de tu vida lo vas a borrar”. En otras palabras; amigos de los ex, jamás. También “para olvidar a tu ex y seguir adelante consíguete un amante” esta idea estaría relacionada con el refrán un clavo saca otro clavo. Ya muchos psicólogos han criticado ese método, pero tal vez conocer nuevos prospectos no sería del todo malo, lo importante es pensar en complacerse a sí mismas y ya no a otros. En este punto de ligar, se presenta un método, que inicia con seguridad personal, cruce de miradas, caminar cerca del objetivo de forma desinteresada, romper el hielo e intimidar. Este proceso es el éxito de Amanda cuando quiere conquistar a un “amor de yogurt, con fecha de caducidad” o como lo señala Zygmunt Bauman “amores líquidos”.
- Pero al momento de conquistar a una mujer, Amanda establece algunos puntos que los hombres deben considerar: análisis del objetivo, que implica conocerla bien. Esto ayudará en el siguiente punto, sorprenderla. De aquí parte una conexión de intereses, donde la afinidad se hace presente. No podía faltar, la situación de peligro, donde habrá el primer contacto físico. Todo este proceso para culminar con ser el elegido. Esto ya se ha visto en otros films como en los k-movies.
Al final de esta historia, y ya que nunca se deja de aprender, Amanda asimila tres preceptos más.
“La verdad siempre pone las cosas en su lugar”, sea por el karma o por consecuencia decir la verdad es la mejor estrategia. “Para el amor se necesita dos cosas: amor y huevos”, el sentimiento y el valor son principales al momento de decidir amar, arriesgarse es parte del proceso. Y por último; “a veces decir que sí, es lo mejor que te puede pasar en la vida”, el problema del sufrimiento femenino, al inicio en esta película se atribuye al sí desmedido, sin embargo, el problema no está en esta afirmación, sino en saber cuándo hay que expresarlo.
En el contexto latino estas ideologías propuestas por Amanda no son tan descabelladas, aunque parecen clichés, son situaciones que se presentan en el mundo complejo de las relaciones afectivas.
Si la humanidad es confusa, las emociones lo son aún más y continúan siendo parte de investigaciones, teorías, guiones, y vivencias.
Lo único cierto es que aunque se habla y se escribe mucho del amor, nada está dicho.