Todo el país ha sido testigo de otro nuevo acto en el culebrón que parece haberse convertido en la situación política actual.

A las 5 de la tarde del jueves ha comparecido el presidente Carles Puigdemont en el Palau de la Generalitat. Tras un largo día de retrasos en su declaración. En un principio, había ofrecido la convocatoria de elecciones autonómicas anticipadas a cambio de que no se aplicase el artículo 155.

La noticia corrió como la pólvora

Media España estaba indignada al considerar que estaba traicionando a sus propios aliados y a la causa independentista que debería defender.

La otra media cruzando los dedos esperando que, ese esperado gesto fuese el principio del fin de la crisis política desatada a raíz del referendum ilegal del pasado 1 de Octubre y la dura reacción del gobierno central.

Falsa alarma

Finalmente, Puigdemont ha dado marcha atrás en su oferta al fracasar la negociación argumentando que no existían garantías de que los comicios se pudieran celebrar con normalidad y dejando así la decisión sobre la declaración de Diu en manos del Parlament.

En twitter y facebook se lo toman con humor

En las horas transcurridas desde el discurso del presidente Puigdemont las redes sociales se han inundado de memes y distintos chistes sobre su falta de valor para tomar una decisión definitiva en uno u otro sentido.

En nuestro país se nos da fenomenal encontrarle el punto de humor a todo lo que ocurre. Al igual que ocurrió hace unos días cuando declaró la independencia durante unos segundos y la suspendió para proponer una posible negociación.

¿Realmente le falta valor?

Después, de tanta expectación y tensión para no llegar a nada claro hasta la persona más tranquila se está mordiendo ya las uñas.

Parece una partida de cartas con faroles continuos.

¿Es realmente tan temeroso como se le juzga públicamente? También existe la posibilidad de que sea un hábil estratega y sus pasos estén plenamente calculados para desestabilizar la postura dura del gobierno central con cada gesto. Para hacer reflexionar a la opinión publica quizás, sobre si esta futura represión que causará el famoso artículo 155 es el principio del fin de la democracia para vivir en el puño de una nueva dictadura.

Los medios de comunicación intervenidos y la opinión pública manipulada por el bien de la soberanía nacional podrían garantizar esta posibilidad.

También puede simplemente ser que intente retrasar lo que ya es inevitable todo lo que pueda y al no verse capaz se esté quitando del medio.

Solo el tiempo nos dará una respuesta definitiva.