Indudablemente la noticia más grande en el mundo del entretenimiento en la pasada semana fue la salida por la puerta de atrás del multigalardonado actor Daniel Day-Lewis. Una historia difícil de digerir ya que duele pensar que más nunca veremos en la gran pantalla a un artista capaz de interpretar papeles tan solemnes como el de un presidente determinado a abolir la esclavitud en su país (Lincoln 2012), o el del líder desalmado del submundo de Nueva York del siglo XIX (Pandillas de Nueva York 2002), o incluso el de un artista con parálisis cerebral que logra ser grande gracias a su única extremidad funcional, su pie izquierdo (Mi Pie Izquierdo 1989).

Qué llevó a Daniel Day-Lewis a anunciar su retirada

Ahora, si bien es cierto que quizás nunca conozcamos las razones por las cuales un actor como Daniel Day-Lewis ha decidido mantenerse fuera de foco, puede uno hacer algunas suposiciones para intentar buscar explicación al asunto. Y si hacemos un recuento de las películas en las que ha participado el británico en los últimos quince años podemos destacar varios elementos.

No es la cantidad, sino la calidad

Podríamos resaltar como a primera de ellas que es una persona selectiva con los papeles que decide ejecutar, participando en tan solo cinco películas desde el 2002, de las cuales tres fueron nominadas a mejor película en los Óscar sus interpretaciones en ellas también fueron consideradas para el premio de mejor actor, llevándose el oro en el 2012 por interpretar a Abraham Lincoln y en el 2007 por interpretar a Daniel Plainview en el filme There Will Be Blood de Paul Thomas Anderson (en mi opinión la mejor película en lo que llevamos del siglo XXI).

Podemos concluir que definitivamente Daniel Day-Lewis es un genio del arte y un ingrediente ni tan secreto que puede llevar tu filme al estrellato. En pocas palabras, si los astros se deben alinear para que dentro del universo de filmes que se realizan en un año escojan la tuya para entrar en los premios de La Academia, Daniel Day-Lewis es el elemento que te asegurará un puesto en la categoría más codiciada en un 60% de las veces.

Y es aquí donde deberíamos analizar el grueso de las películas realizadas por los estudios de Hollywood y dónde entra el actor desempleado en este espacio, si es que tiene alguno.

¿Es Capitán América, Ironman o Lincoln el héroe en (la) Guerra Civil?

Si bien es cierto que las obras de Óscar nunca han sido de las más taquilleras, lo que realmente preocupa de los últimos años es la cantidad de películas producidas en Hollywood que alcancen tal categoría contra el churro, aparentemente infinito, de adaptaciones a largometrajes de cómics, secuelas injustificadas (tanto a nivel de historia como a nivel de razones válidas dadas en la primera entrega como para no realizar una segunda, caso Misión Imposible y 50 Sombras de Grey respectivamente), y filmaciones aparentemente vacías que buscan facturar a partir del elenco que proyecta su afiche

Los personajes a los que dan vida los actores

Honestamente, me resulta un poco difícil imaginar al hombre que dio vida a Guido Contini con grandes poderes o peleando con Johnny Depp por el cambalache de Ariel, de La Sirenita, fuera de las orillas de La Tortuga.

No digo que en mis manos posea la verdad, pero hay límites para lo que un artista puede hacer para guiar a su sociedad hacia los caminos de la cultura, y los hay también para la paciencia. Después de todo, en el intento de crear una burda analogía, si Daniel Day-Lewis es Van Gogh, pues la gente se ha mantenido prefiriendo reiteradas veces las reproducciones carentes de valor artístico de las historietas de Stan Lee. En este contexto es totalmente entendible por qué un actor de la talla de Daniel Day-Lewis pueda optar por rendirse con el público, su arte ya es irrelevante para el espectador.

En un plano más personal, me identificó con él al verme evitando los últimos blockbusters de temporada y prefiriendo viajar al pasado, recordando los buenos momentos en los que la gente no buscaba a un superhéroe nuevo que los rescatara del vacío que vivimos en la sociedad post-moderna, sino el Cine de las buenas historias, por encima de todo únicas.

Podríamos incluso decir que dentro de nuestra fijación por ver si DC es mejor que Marvel, o si los monstruos del universo oscuro de Universal darán batalla contra las Guerras de las Galaxias de Disney, hemos perdido de vista a un hombre que vino para darnos lo mejor de él y ahora quizás no lo volvamos a ver.