Fuera de España hay muchos mitos sobre la despenalización del consumo y comercialización del cannabis. Las leyes protegen al consumidor y contemplan la figura legal del Club social de Cannabis. Sin embargo, aún estamos muy lejos de que esas leyes se cumplan.
Es letra muerta o que aún no está del todo viva. Basta ver el caso de la asociación Kaneel de Barcelona. Los dirigentes del club cannabico han aceptado ir a la cárcel por dos años, para evitar una condena de cinco.
Un cambio en los estatutos del club bastó para que la fiscalía asuma que en el lugar se permitía la “venta indiscriminada de marihuana y hachís”.
Desinformación “cannábica”
Y en el medio de todo, hay una desinformación terrible. Los procedimientos policiales y los alegatos de los directivos que son acusados o investigados indican que el desconocimiento es compartido entre las policías y los directivos de clubs. La colectividad no está en condición de saber quién dice la verdad y quién miente. El grupo Guanyar Alacant está detrás de la iniciativa.
Esto lo ha afirmado el CEO de Sputnik Seeds, una empresa dedicada a la venta de semillas de cannabis en España.
“Emprender en España es una tarea titánica. Las instituciones en gran parte todavía funcionan como meras herramientas de recaudación”. Al parecer el Estado solo actúa para desincentivar al emprendedor y este a s vez, no conoce a fondo la legislación.
Seguid el ejemplo que Bilbao dio
El presente no resulta alentador, pero buenas noticias se asoman. El pasado 29 de Septiembre se conoció la noticia de que Bilbao trabajará en una normativa para reglamentar la ubicación de los clubs del cannabis. Será una normativa urbanística apoyada por el gobierno municipal. Solo el PP salvó su voto, como de costumbre.
Ha sido precisamente, otra sentencia originaria del País Vasco la que ha permitido que Murcia también discuta por segunda vez el asunto.
Sin embargo, la resistencia del PSOE y PP podrían echarlo todo atrás. Al menos se sentaran a escuchar.
Parece que aún falta mucho para que las cosas marchen como deberían con los clubs sociales de cannabis. En el ínterin se desincentiva el emprendimiento, más no el consumo. ¿Vivimos en el pasado o somos parte del mundo libre? ¡Ya lo veremos España!